Trabajar cerca de él no es una excusa para abordarme de este modo, tal vez es la que estoy poniendo, pero, no quiero tener que hablar con ella. Tampoco quiero hablar de Oliver. ¿Qué podría decirle? —Anda, sube, no tenemos todo el tiempo, además quiero que esto quede entre tú y yo. La mujer es insistente y prácticamente me obliga a sentarme a su lado en el puesto de atrás. El auto no es una limosina, pero si lo suficiente amplio y lujoso para aislarnos un poco de la cabina de conducción. Luego que estoy allí sonríe satisfecha y manda a poner el auto en marcha. No sé cuáles sean las razones por las que Oliver no está contento con ella, pero podría imaginarlo. —No sé qué crea que pueda decirle que sea de interés para usted, tengo poco tiempo de haber comenzado en el puesto, tampoco conozco al señor Wallflower —expongo reacia. Quiero bajarme, me siento incómoda y pensar que parte de la discusión con él es porque pretendí sentirme mal por ell
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