Viéndola reír a carcajadas, experimenté una extraña emoción en el pecho, una opresión peculiar. Lucía radiante y plena, y deseaba que siempre se sintiera así. Quería ser quien la hiciera feliz. Me sentía abrumado por emociones nuevas para mí. Misha debió notar algo, pues me besó con fuerza, llevándose mis preocupaciones.- ¿Algo va mal? - preguntó, acariciando mi rostro - te noto tenso.- ¿Tenso? No, solo me pregunto qué hace una mujer tan hermosa como tú a mi lado - contesté con sinceridad, viéndola sonreír- ¿Qué habré hecho para recibir este hermoso regalo?- Abogado, estás ganando muchos puntos con esas dulces palabras- contestó dejando pequeños besos a lo largo de mi pecho.- ¿En serio, doctora? Entonces debería seguir hablando - murmuré, besándola nuevamente - ¿dejamos el café para más tarde quizás?- Me gusta cómo piensas - dijo, colocándose sobre mi pecho.Después de volver a tocar el cielo entre sus brazos, la vi levantarse de la cama, desnuda y sin tapujos. Tomó su bata, el c
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