Nadie sabe lo que tiene. Capítulo 13. Malos entendidos.
Los ojos de Laudina se abrieron a la luz del amanecer, con el corazón encogido por la expectación. El teléfono de la mesilla permanecía en silencio, con la pantalla oscura e inflexible. Había esperado despierta la llamada de Angus, con la esperanza diluyéndose hasta altas horas de la madrugada, y justo cuando se quedó dormida, la llamó.Lamentablemente no pudo conversar bien con él, porque con lo somnolienta que estaba solo le había entendido el 20% de lo que le dijo.Y ahora estaba impaciente por escucharlo, pero la bendita llamada no se materializaba, dejándola con una sensación de abandono. En el aire fresco de la mañana, se movió robóticamente, mientras quitaba las hojas de la superficie de la piscina, el agua como un espejo del cielo despejado. Sus movimientos eran precisos, automáticos, sin revelar nada de la agitación que se removía en su interior.Sin previo aviso, la sombra de Anthony, el padre de Angus, se cernió sobre ella. Su voz rasgó la quietud, sus palabras mezcladas c
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