42. Noche de bodas
Amir Ha dicho que sí. No pensé que aceptaría, mucho menos con tanta rapidez. Joder, si es que cuándo le he dicho a Said que pienso hacerla mi esposa, ni siquiera estaba pensando en hacerlo hoy, pero entonces ella me ha visto con esa cara de princesa y ha empezado a hablar sobre estar confundida y sintiendo cosas por mi y sencillamente no pude evitarlo. Las palabras salieron solas de mí y aunque sé que hay muchas más identidades que puedo darle para que no esté en la mira de nadie, el hecho de saberla mía, es algo que despierta mi lado más animal. Ahora la tengo justo enfrente, viéndose malditamente tentadora, sonrojada y llevando únicamente un albornoz cubriendo su cuerpo y no puedo estar más de acuerdo con la locura que acabo de hacer, pues plan o no de por medio, la chiquilla es y será únicamente mía. Un gruñido bajo sale de mí y me apego más a su cuerpo sintiendo como su figura encaja perfecto bajo mi cuerpo y en el momento en que ella deja salir un pequeño gemido, ahí mi cord
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