46. No tardarán mucho en rescatarte.
En una habitación sumida en la penumbra, el amante secreto de William se prepara para partir, vistiéndose rápidamente ante la atenta mirada del hombre que ama.— Debo irme, cariño —susurró el chico con pesar, mirando a su amante con ojos llenos de complicidad.— Lo sé, pero no quiero que te vayas —respondió William, con un dejo de tristeza en la voz, atrayéndolo una última vez contra su cuerpo y besándolo, fue un beso intenso de despedida en el que no dudó en succionar su labio inferior como si pretendiera te dárselo para él justo antes de separarse.— Nos volveremos a ver pronto, te lo prometo. Solo necesitamos que todo salga bien —dijo el joven, acariciando suavemente el rostro de su amante.— Lo sé, pero no puedo evitar preocuparme por ti —confesó William, apretándole las manos con ternura.— Todo saldrá como lo planeamos, lo sé. Y cuando eso pase, podremos estar juntos sin tener que escondernos —aseguró el chico, no va a pasarme nada porque eSe miraron intensamente, sabiendo que
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