118. Mátalos a todos.
Asadesyaba ensimismado en su trabajo cuando vio de pronto cómo un correo electrónico irrumpía en su buzón. Era del hombre que había contratado para seguir a su hijo y a su esposa por Europa.Con un nudo en el estómago y una pizca de esperanza de haberse equivocado, abrió el mensaje. Un escalofrío subió por su espina dorsal al contemplar las imágenes adjuntas. En ellas, su hijo, Said, y su nuera, Nadia, aparecían junto al americano, William, y a su sobrino, Jamal.En una de las fotos, Said y William se fundían en un apasionado beso. Asad se llevó la mano al pecho, sintiendo que el corazón le estallaba, aun así respiro hondo y siguió revisando las demás fotos. Las sospechas que lo atormentaban desde hacía tiempo se confirmaban de la peor manera.La siguiente imagen era aún más perturbadora: Jamal, inclinado sobre Nadia, depositaba un beso en su vientre aún plano. William y Said los observaban con sonrisas cómplices, como si presenciaran un tierno momento familiar, tal y como en el fondo
Leer más