103. Yo prometo casarme contigo.
La imponente mansión familiar, se erguía como un majestuoso escenario para la celebración que estaba por iniciar. La mansión parecía cobrar vida propia, irradiando un brillo festivo que contagiaba de alegría a sus alrededores.En el centro de la sala principal, sobre una tarima elevada que la convertía en el epicentro de la atención, Said y Nadia se encontraban de pie, tomados de la mano. Sus rostros, iluminados por el cálido resplandor de las luces, reflejaban una mezcla de emociones: nerviosismo, alegría y un dejo de incertidumbre. A sus espaldas, Asad, el patriarca de la familia, observaba a la pareja con una mirada severa, una sonrisa triunfante dibujada en sus labios que parecía ocultar una profunda satisfacción.Said, con su cabello castaño perfectamente peinado y sus ojos castaños que brillaban con una intensidad inusual, vestía un elegante traje negro a medida que resaltaba su figura atlética y le confería un aire de sofisticación. A su lado, Nadia brillaba con una belleza an
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