Diego esa noche no regresó a la hacienda, no quería estar cerca de Alejandra, esa mujer lo sacaba de sus casillas, lo alteraba, pero también lo excitaba, esa noche que pasaron juntos a la orilla del rio estaba tallada en su cabeza , no podía negarse a si mismo que había disfrutado muchísimo ese encuentro, no era la misma sensación que sentía al estar con Fátima, la verdad es que Fátima era una mujer hermosa, que además sabia como complacer a un hombre en la cama, pero era una mujer muy fácil he interesada, por una chuchería la podías tener acostada en tu cama el día entero, en cambio Alejandra era toda una guerrera y si, se le había entregado pero por motivos diferentes a los que lo hacía Fátima con todas sus conquistas.Salió rumbo a la hacienda al amanecer, tenia cosas que hacer allá desde temprano, además no quería enfrentarse a la inquisidora que solía ser su tía cuando se lo proponía, ya bastante tenía con su propia conciencia que lo estaba torturando a más no poder.Ale tampoco
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