El tiempo es escaso, son pocas las horas que quedan antes de que inicie la guerra, ante esa situación Thiago solamente pensó en una solución. Esa noche no volvió a su mansión, se desvió a casa de Douglas, y una vez ahí fue en busca de su hijo menor. –¡Alberto, mi querido Rayito! En ese momento, Thiago se hacía el fuerte, su corazón se encuentra desecho, y más ahora que la guerra es un hecho. —¡Hijo, ¿Sabes que te quiero, y que nunca te dejaría solo, pero surgió un gran problema, papá te enviará a Canadá, no irás solo, te acompañarán, Catalina, Emily tu abuela Sonia, tus tías y mi madre. Ellas nunca te dejarán!. Rayo ha enviado a preparar el avión, tiene que sacar a toda su familia del país, antes de que todo empeore. –¿Papá es por mamá? Preguntó el niño, al acariciarle el rostro. —No mi vida, mamá está bien, ella estará segura en otro lado, prometo que pronto nos reuniremos con ella, me conoces, papá siempre cumple sus promesas. Rayo se sintió desgarrado, su familia está siendo s
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