Todos los capítulos de Tendré un cachorro con mi dueño, el Alfa Rey: Capítulo 31 - Capítulo 40
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CAPÍTULO 31
Sus labios se moldean contra los de Liv sin dejarle tiempo para poder pensar.Hay una atracción entre ambos que hace que el Alfa se sienta profundamente atraído por esa mujer.Valerio no entiende qué es lo que le está pasando, pero en ese momento no se lo cuestiona.Todo lo que quiere sentir es a ella besándolo.Respondiéndole con la misma vehemencia que él lo hacía.No obstante, estaba furioso.Luchando para que su lobo no tomara su posesión por completo.Livana se estremeció ante la cruda furia en su mirada pero no solo eso encontró en sus orbes, sino también el más oscuro de los deseos al momento en que él la liberó de su boca.—Eres una hechicera, demasiado hermosa para ser real.Pero lo sabes.Por eso seduces a los hombres que están a tu alrededor, ¿No es así?Sus orbes se mantenían al pendiente de ella, la vio fruncir el ceño como si le molestara que él le dijera eso.Sin embargo, a Valerio no le importó su expresión.Sus labios trazaron su cuello robándole la posibilidad de res
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CAPÍTULO 32
Entrar en ella siempre resultó familiar.Había ignorado aquel pensamiento solo porque le resultaba absurdo.Jamás había visto a esa mujer antes. O eso había creído.Sin embargo, esta vez proporcionándole un placer indescriptible tras empujarse a su calidez volvió a sentir los fantasmas de su pasado acosándolo.*HACE UN AÑO Y MEDIO ATRÁSEla se burló de él mientras que Valerio rugía furioso tirando de las malditas cadenas que lo mantenían preso.Ni siquiera le importaba que estuvieran hechas de plata.—Eres un verdadero macho, me encanta como me follas.La mujer volvió a moverse sobre él penetrándose a sí misma con el grueso falo de Valerio, quien por primera vez se sentía asqueado y vulnerable. Aquella mujer prácticamente lo estaba violando.Él no quería eso.Ella puso algo en su comida que provocó que su miembro se pusiera erecto y ella lo aprovechó al máximo.—Cuando me libere, te mataré con mis propias manos, maldita.Ella echó su cabeza hacia atrás riéndose sin detenerse.—Eso
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CAPÍTULO 33
ACTUALIDAD: La Thalassi de Arion lo había utilizado tanto como había querido sin importarle nadie más que ella misma.Y ahora estaba ahí.A su merced.Debajo de él.Mirándolo con esos ojos que parecían cargados de inocencia, pero él mejor que nadie sabía que ella no tenía nada de inocente más que su fingida cara.—¿Hasta dónde ibas a llegar con tu m*****a mentira? —rugió Valerio fuera de sí.—Y-yo... tú n-no me record-dabas —tartamudeó incluso aunque él soltó su cuello para que pudiera hablar.Con cada segundo que pasaba Valerio se sentía más furioso.—Y tú te aprovechaste de eso como una m*****a oportunista, ¿No es así?¡Incluso fuiste tú quien hizo que olvidara todo!Livana se estremeció al ver sus músculos tensarse de rencor."Él va a matarme."Valerio salió de su interior sin evitar sentirla contraerse sobre su miembro. Un músculo palpitó en su mandíbula.Se puso de pie para después hacer que ella lo imitara.—Era lo que tenía que hacer.Ante su respuesta, el Áyax la observó por
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CAPÍTULO 34
Al llegar al lugar le dijeron donde posicionarse con las otras esclavas que estaban a punto de ser subastadas.Por Isadora, Liv supo que ninguna era una esclava de Valerio sino de su Beta, Gamma y Delta.La otra noche los había conocido a todos y recordaba que había estado con esas mujeres y ahora de deshacían de ellas. Justo como Valerio estaba haciendo con ella.Sin embargo, Livana entendió que la razón por la que Valerio la estaba subastando a ella era porque había descubierto la verdad.La odiaba como a nadie por ser la hija de su enemigo.De cierta manera sabía que él no era como los otros.—Creímos que habías huido la otra noche —habló una mujer al lado de Livana.—Lo intenté, pero no pude ir muy lejos.—Nadie escapa del Áyax Valerio.Es el más fuerte de todos los Alfas.Livana se mordió el labio inferior sabiéndolo bien.Normalmente en Arion solía escuchar historias sobre el Áyax de Arkalla quien desde pequeño fue valiente, entregado al peligro. Nunca nadie lo había derrotado.
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CAPÍTULO 35
Livana podía sentir el aura letal de Valerio mientras la miraba.Ella había tratado de no verlo.Estaba furiosa por lo que le estaba haciendo, sin embargo, sabía que quizás era lo mejor y tendría más maneras de poder escapar de la persona que la comprara.Lo que le preocupa es, si este hombre le querría obligar a tener sexo de inmediato. ¿Qué iba a hacer, de ser así?El pensamiento enseguida la enfermó.Trató de apartar sus pensamientos escuchando la voz del narrador de la subasta.—Solo quedan dos de estas bellezas.Una es la esclava del Beta de nuestra manada. La gente estalló en aplausos enseguida como si lo que estaban haciendo fuera común.Sabía que en su reino también hacían subasta de esclavos y que el dinero se utilizaba para ayudar a los menos afortunados, pero a ella no le gustaba nada.Habían otras formas de recolectar dinero para los pobres.Siempre había pensado que cuando pudiera gobernar acabaría con la esclavitud.Nadie se merece servir a otra persona.No era justo.
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CAPÍTULO 36
Sus ojos entraron en contacto y de pronto Livana se sintió avergonzada por la situación comprometedora en la que se encontraba, pero arrugó el entrecejo intentando apartarse de él. Solo que Valerio no la dejó marchar. —¿Sorprendida, princesa? El apodó que no escuchaba en muchísimo tiempo caló hondo en Livana. Sintió como su pecho se apretó mientras que algo cosquilleó en su vientre. En su mente se maldijo por lo que una sola palabra le había causado a su cuerpo. "¿Por qué reacciono así? Él solo se está burlando de mí. Además yo antes odiaba ese apodo." —Bastante, no entiendo por qué estoy aquí contigo cuando decidiste venderme. Ella no se aguantó en responderle y se percató de un destello de ira que brilló en sus pupilas, sin embargo, pronto se apagó. Como si estuviera intentando controlarse. —Pues más te vale que te acostumbres, no tengo que darte explicaciones del porqué hago las cosas, lo único que debes saber es que tú me perteneces, siempre lo harás. Livana alzó su ba
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CAPÍTULO 37
Livana apretó la mandíbula al despertarse y verse una vez más sobre aquella cama encadenada.Oficialmente se había convertido en la esclava sexual de Valerio.Reducida a ser un juguete para él.Incluso cuando creía que ella simplemente era una curandera, la trataba mucho mejor que ahora.El castigo por ser la hija de Davc Van Ackernn lejos de acabarse se intensificaba.Las muñecas de la Thalassi dolían al igual que los brazos por estar en la misma posición, ya que solo él se las quitaba por las noches mientras permanecía con ella sabiendo que Livana no iba a escapar en ese momento, y cuando Liv necesitaba ir al baño tocaba un botón en la cama para que su doncella viniera y un guardia esperara en la puerta para que no se le ocurriera escapar, pero por lo menos sus cadenas no estaban hechas de plata.Ella estaba segura de que ese hecho no se debía a que tuviera compasión alguna por ella, sino porque no quería ver a su “posesión” mancillada.Desde que habían vuelto a tener sexo hace dos d
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CAPÍTULO 38
—Yo... lo pensé.Pero no pude hacerlo.La Thalassi sentía como su corazón latía sumamente rápido bajo su pecho.—Porque yo jodí tu plan, ¿No es así?Valerio gruñó tirando del pelo de Livana acercándola a él, provocando que esta gimiera.Sus orbes se clavaron en ella con una intensidad que la asustó.Estaban oscuros, llenos de rabia.Sus colmillos sobresalían mostrando lo poderoso que él era.—Porque no quería hacerte daño —admitió al fin ella en voz alta.Por un momento los dos se dedicaron a mirarse fijamente.Livana deseó fervientemente poder ver qué era lo que pasaba por la cabeza del macho, porque su expresión permanecía imperturbable.Quizás no debía haber sido tan débil como para admitirlo pero ya estaba hecho.—¿Hacerme daño? ¿Tú a mí? Él mostró una letal sonrisa ladina en señal de burla por las palabras de Livana, y ella sintió que sus mejillas se coloreaban de rojo.Si bien era cierto que ella era muy débil en comparación a él, no era a eso a lo que ella se había referido.—
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CAPÍTULO 39
—¿Qué cree que hago, Áyax?Digo la verdad.—Estás haciendo que llore —gruñó él haciendo que ella se diera la vuelta sin soltar su muñeca.Su aliento chocó contra el suyo mientras que la miraba con el ceño fruncido, evidentemente molesto.Aunque ella no entendía el porqué. Ella se sorprendió por lo que le dijo.Al parecer al Áyax no solo le importaba él mismo.Isadora también era importante para él.Livana respetó eso y se soltó de su agarre pero solo porque Valerio la dejó ir.Una vez más le dio la espalda al Alfa dirigiéndose a Angus quien la miraba con curiosidad, pese al dolor que sentía.—Necesitamos sacar la flecha de tu pecho, cuando estuviste inconsciente te hice un chequeo rápido y sé que no tocó ningún órgano importante. —Dijiste que si la sacaban podría tener una hemorragia.—Lo dije —respondió a la preocupada Isadora—. Pero cuando lo dije esperaba que el médico viniera de prisa y por supuesto que la flecha no fuera de plata.Sabes el veneno que es la plata para nosotros.
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CAPÍTULO 40
Ella no sabía que responderle.Su mirada era la de un cazador sobre su presa.Intensa, salvaje, pero también había un brillo interesante en aquellos ojos que no se apartaban de ella.Una de las manos de Valerio se dirigió a su pelo y por un momento ella creyó que iba a tirar de sus hebras doradas, sin embargo, para su sorpresa él comenzó a quitar con suavidad los ganchitos que traía en este para liberar su cabello de la trenza, dejándolo caer suavemente hasta su espalda y cubrir uno de sus brazos.Él siguió el movimiento de su pelo como si estuviera embelesado y por un instante ella vio la lujuria marcarse en sus ojos, junto con algo más que hizo que se sacudiera tras mirar de vuelta su cara.—Me gustas más con el pelo suelto, mujer —susurró en su oído Valerio inclinándose sobre ella.Erizándole la piel.Liv pensó en huir de la atracción fatal que estaba experimentando pero pronto recordó que no importaba a donde corriera, él la encontraría.La cazaría y la haría pagar.—T-tengo que a
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