SARAHEl día se anunciaba con la misma calidez que siempre, el teléfono rompió el silencio de la mañana con su insistente timbre, y al levantar el auricular, la voz de Emily, mi mejor amiga, resonó al otro lado de la línea con un tono urgente y lleno de emociones.Sarah, necesito verte ahora mismo, dijo Emily, su voz temblorosa y preocupada. Es importante.Sin necesidad de más explicaciones, me apresuré a vestirme y salí hacia el encuentro con mi amiga. Mientras me dirigía hacia su casa, una sensación de inquietud se apoderaba de mí. ¿Qué podría estar pasando para que Emily estuviera tan ansiosa?Al llegar a su apartamento, Emily me recibió con los brazos abiertos, pero su rostro reflejaba una mezcla de angustia y vulnerabilidad. Sus ojos transmitirían una preocupación profunda y palpable, como si estuviera cargando el peso del mundo sobre sus hombros. Sin preámbulos, se sentó a mi lado y comenzó a hablar, con la voz entrecortada por la emoción y las lágrimas asomándose en sus ojos.S
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