DAVIDEl estrés del día en el juzgado pesaba sobre mis hombros mientras salía de la sala de audiencias, dejando atrás la atmosfera cargada de tensiones legales. Había sido una jornada agotadora, llena de argumentos acalorados y debates interminables, y sentía como si cada uno de mis movimientos estuviera empujándome más hacia el borde del agotamiento. Pero lo que realmente me tenía perplejo era mi propio comportamiento, especialmente cuando se trataba de una persona en particular “Sarah”.Su presencia en el juzgado parecía tener un efecto extraño en mí, como si despertara algo dentro de mí que prefería mantener oculto. Una oleada de emociones contradictorias, una mezcla de superioridad y frustración que me dejaba desconcertado. ¿Por qué mi actitud cambiaba cuando estaba cerca de ella? ¿Por qué mi cuerpo parecía empeñarse en demostrarle que era superior, cuando mi mente luchaba por entender la razón detrás de esta reacción instintivaMe encontré pensando en ella más de lo que debería,
Han pasado algunos días desde mi última conversación con Nicholas, y mi mente sigue dándole vueltas a la idea de matrimonio por conveniencia. La sugerencia que le hice parece haber dejado una semilla de posibilidad en su mente, y ahora espero con curiosidad ver cómo ha evolucionado esa idea en su cabeza.Una tarde, mientras me encontraba en mi despacho revisando algunos de los documentos legales, mi teléfono comenzó a sonar, rompiendo el silencio de la habitación. La pantalla mostraba el nombre de Nicholas, y una sensación de anticipación se apoderó de mí mientras respondía la llamada._ ¿Nicholas? dije, mi voz ligeramente impregnada de expectativa._David, necesito que redactes un contrato para mí, respondió Nicholas al otro lado de la línea, su tono urgente y decidido. Quiero que detalles todos los términos y condiciones de un acuerdo que estoy a punto de concretar y salvarme de la situación de la herencia.La solicitud de Nicholas me tomó por sorpresa, y durante un momento, me qued
Después de mi conversación con Emily, me despedí de ella con un abrazo reconfortante, prometiéndole que todo estarían bien y que estaríamos allí la una para la otra pase lo que pase. Con sus palabras aún resonando en mi mente, me dirigí hacia el restaurante donde tenía una cena programada con un cliente importante.El restaurante era un remanso de elegancia y sofisticación, y la terraza ofrecía una vista espectacular de la ciudad iluminada. Al llegar, pregunté por la reserva de William Donovan, mi cliente, y el maître me condujo con gracia hacia la mesa reservada para nosotros, donde él ya me esperaba, radiante con su traje impecable y una sonrisa encantadoraCuando me acerqué a la mesa, pude notar la sorpresa en los ojos de William al vere. Sus halagos me hicieron sonreír tímidamente, mientras su gesto caballeroso al invitarme a sentarme hizo sentir bienvenida y apreciada. La velada comenzó con una conversación amena y profesional, mientras examinábamos el menú y discutíamos los detal
-Perdón por interrumpir, dijo William con una sonrisa forzada. Sarah tengo algo para ti y a su vez quería disculparme por lo de anoche.Mi mirada se encontró con la de David, y pude ver la expresión de molestia en su rostro al ver a William ahí. Tome el ramo de rosas con cuidado, agradecida pero confundida por el gesto._Gracias, William, pero no era necesario, dije tratando de disimular la incomodidad que sentía en ese momento.David se aclaró la garganta, claramente incómodo con la situación._Lo siento, Sarah, enserio no quería interrumpirte, como quedamos que hablaríamos sobre los detalles aquí en tu despacho, dijo en un tono un poco más suave ahora que David estaba presente. Esperare en recepción.Asentí con la cabeza, agradecida por la oportunidad de calmar los ánimos antes de que la discusión escalara aún más. William se despidió con una sonrisa y se retiró de la oficina, dejándonos a David y a mí solos una vez más.Nos quedamos en silencio por un momento, el peso de la tensión
Con un suspiro resignado, alcé la mano y toqué la puerta de la oficina se Sarah. El eco de mi determinación resonó en el pasillo vacío, como un preludio de lo que estaba por venir. Sin embargo, el silencio que siguió fue inquietante, como si el edificio mismo contuviera la respiración en anticipación de lo que desataría.En ese momento, la asistencia de Sarah apareció y me saludo con cortesía:-Buenas tardes, abogado Roberts. No lo vi ingresar.Asentí con la cabeza, sintiendo la necesidad de disculparme por mi entrada directa-Es que no había nadie en recepción, por eso ingrese directamente. Pido disculpas por el inconveniente.La asistente me tranquilizó, diciendo que no había problema. Sin embargo, su siguiente declaración me dejó perplejo:- ¿Está buscando a la abogada Johnson? Ella no se encuentra. Salió rápidamente al hospital.La noticia sobre la partida apresurada de Sarah al hospital me golpeó como un balde de agua fría. Un instinto protector se encendió dentro de mí, y si pen
SARAHRecibí a William en mi despacho con una sonrisa tensa, consciente del incidente que había presenciado esta mañana. Me disculpé por la escena, y él, con su habitual cortesía, aseguró que no había problema alguno. Sus palabras aliviaron un poco la tensión en el ambiente, y pronto nos sumergimos en la discusión sobre el contrato entre nuestro bufete y la compañía Donovan.-Entonces, ¿qué te parece si establecemos estos términos para el acuerdo? Propuso William, mientras repasábamos los detalles del contrato.Analizamos cada cláusula con atención, discutiendo los puntos clave y llegando a acuerdos que beneficiarían a ambas partes. A pesar de la seriedad del tema, la conversación fluyó con naturalidad, mostrando la buena química que teníamos como colegas.Una vez que finalizamos la discusión, William me sorprendió invitándome a almorzar para celebrar el acuerdo. Estaba a punto de aceptar cuando mi teléfono sonó, interrumpiendo el momento. Era mi madre, con la noticia desgarradora de
*****************************************************************************JAMESDespués de colgar la llamada con mi prima, una sonrisa sutil se dibujó en mis labios, reflejando la satisfacción y la malicia que bullían en mi interior. observé con astucia a las personas que me rodeaban, asegurándome de que nadie pudiera percibir el verdadero propósito que se escondía tras mi expresión serena. En mi mente, las ruedas de mi plan maestro giraban con precisión, llevándome un paso más cerca de mi objetivo final.Susurré para mí mismo, mis palabras cargadas de una confianza calculada y una determinación implacable.-Mi plan está progresando a la perfección.Durante meses, he estado tejiendo una red de intriga y engaño, meticulosamente diseñada para alcanzar el control absoluto del bufete de abogados que tanto ansío. Cada detalle, cada movimiento estratégico, ha sido cuidadosamente planeado en las sombras, oculto de la vista de aquellos que podrían oponerse a mis ambiciones.Mi tío, el act
SARAHLa recaída de mi padre nos sumió en un mar de preocupaciones y cuidados que parecía no tener fin. Verlo luchar contra la enfermedad fue desgarrador, y cada día se volvía una batalla más difícil de librar. Fue entonces cuando tomé la decisión de viajar a Suiza, en busca de un refugio donde mis padres pudieran encontrar un respiro, un oasis de calma en medio de la tormenta que habíamos estado atravesando.El viaje no fue fácil. Hubo momentos de incertidumbre y desafíos que enfrentar, pero finalmente llegamos a la casa de campo, rodeadas de verdes prados y montañas majestuosas. Aquel lugar parecía alejado del bullicio del mundo exterior, como si estuviéramos inmersos en un remanso de paz y tranquilidad.Los días se convirtieron en semanas, y las semanas en meses. Durante este tiempo, experimentamos altibajos emocionales, momentos de desesperación seguidos de pequeñas victorias y destellos de esperanza con respecto a la salud de mi padre.Durante nuestra ausencia, mientras el mundo