Leandro, desde su cama, trató de moverse, pero su cuerpo aún no respondía completamente. Sus ojos, sin embargo, reflejaban una nueva lucidez. La conexión entre él y Jazmín, un lazo que ni siquiera la muerte pudo romper, lo había despertado.Un médico se acercó a Leandro, sorprendido por el milagroso despertar.— Señor, ¿puede oírme? — preguntó con voz firme, tratando de evaluar su estado.Leandro asintió lentamente, sus ojos aún fijos en la figura inmóvil de su esposa en el suelo.— Jazmín — murmuró con esfuerzo, su voz apenas un susurro.El médico intercambió una mirada rápida con sus colegas antes de volver a concentrarse en Leandro.— Lo llevaremos a cuidados intensivos — dijo —. Necesita atención médica urgente.Mientras tanto, otro equipo se ocupaba de Julieta, cuyo cuerpo yacía en el suelo con la marca de la bala que Santiago había disparado. La escena era caótica, llena de dolor y pérdida.Santiago se levantó lentamente, todavía aturdido por los eventos que acababan de desarrol
Leer más