Julieta, consciente de que estaba siendo observada, caminó con la misma elegancia y seguridad por los pasillos del hospital. Sabía que cada paso que daba estaba siendo monitoreado, pero eso no la preocupaba. Tenía un plan, y estaba decidida a llevarlo a cabo.Llegó a la recepción y, con una sonrisa encantadora, se dirigió a la recepcionista.— Buenos días, tengo una cita con el Dr. Martínez — dijo, mostrando los documentos que llevaba consigo.La recepcionista, sin sospechar nada, revisó su lista y asintió.— Sí, claro. El Dr. Martínez la verá en unos minutos. Por favor, tome asiento.Julieta asintió y se sentó en una de las sillas de la sala de espera, manteniendo la calma y la compostura. Sabía que cada movimiento estaba siendo observado, pero también sabía que tenía la ventaja del elemento sorpresa.Mientras tanto, Daniel se apresuró a regresar a la habitación de Leandro. Tenía que informar a Jazmín de la presencia de Julieta y asegurarse de que estuvieran preparados para cualquier
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