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Continué, eligiendo mis palabras con cuidado.
Continué, eligiendo mis palabras con cuidado. "Recibí una oreja en una caja roja. La tarjeta dentro de la caja tenía la letra de Dante, pero la oreja era de Adam. Solo quiero entender quién hizo esto, si fuiste tú o alguien más de la familia." 
Sentada al lado de Dante, quien conducía a alta velocidad
Sentada al lado de Dante, quien conducía a alta velocidad por la carretera hacia Roma, observaba cómo el paisaje pasaba rápidamente. Dante llevaba gafas de sol y, de vez en cuando, soltaba risas que resonaban en el interior del coche. Lo miré con seriedad, intrigada por lo que podría estar causando tanta diversión. 
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Tu observación directa hizo que levantara una ceja.
Tu observación directa hizo que levantara una ceja. "¿Cómo es eso? No estoy buscando trabajo, Dante. Tengo uno, o tenía uno en Nueva York." "Matteo sugirió a Isabella y a todos los hospita
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¿Estás bromeando, Dante?
La Suite Imperiale estaba inmersa en un incómodo silencio, interrumpido solo por el leve tintineo de la lluvia afuera. "¿Estás bromeando, Dante?" Mi voz delataba la incredulidad que sentía, mient
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Crucé la sala llena de estanterías de libros
Crucé la sala llena de estanterías de libros y me acerqué al ordenador. Aun sonriendo, empecé a pensar en cómo podría hacerlo sin levantar sospechas. Mientras la máquina se iniciab
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Balanceé la cabeza, tratando de desviar mi atención
Balanceé la cabeza, tratando de desviar mi atención de la tensión que aún vibraba entre nosotros. Ajusté el vestido que de repente parecía más apretado que nunca y seguí a Dante hacia el balcón. El entorno exterior era una extensión de la opulencia de la suite, con vistas a los monumentos iluminados de Roma. 
El cuarto estaba impregnado con la suavidad del crepúsculo
El cuarto estaba impregnado con la suavidad del crepúsculo, las cortinas de seda dejando filtrar una luz tenue que teñía las paredes de tonos amarillos. Estaba ocupada arreglando las sábanas de la enorme cama en la habitación del hotel en Roma cuando la puerta se abrió silenciosamente. Mis movimientos se congelaron al encontrarme con Dante, entrando en la habitación. 
Los impecablemente blancos pasillos
Los impecablemente blancos pasillos del departamento de neurocirugía del Policlínico Umberto I me envolvieron mientras caminaba hacia la oficina de Giuseppe Piccolo, un renombrado neurocirujano de fama internacional. El hospital en Roma era uno de los más avanzados de Italia, y Giuseppe Piccolo era conocido por su excelencia en el campo. Leer más
¿Detenerme de qué?
La imponente sala de estar de la mansión de Don Salieri era un testimonio de la opulencia y tradición que impregnaban aquel ambiente. Muebles suntuosos y obras de arte adornaban el espacio mientras yo permanecía nerviosa junto a Dante. La atmósfera cargada de expectación parecía apretar mis pulmones, y de manera involuntaria, comencé a morder mis labios como gesto de ansiedad. Dante, a mi lado, me miró con una expresión que mezclaba impaciencia y desdén. "Detente
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Las palabras resonaron en mis oídos como una sentencia de muerte.
Las palabras resonaron en mis oídos como una sentencia de muerte. Mi mente intentaba procesar la información, pero la realidad parecía desmoronarse ante mí. La familia Mancuso, que siempre había estado intrínsecamente ligada a la Ndrangheta, estaba ahora en la periferia, aislada de las alianzas y lealtades que alguna vez fueron los cimientos de nuestra existencia.La incredulidad me paralizó por un momento, y luego una oleada de emociones se apo
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