Estaba en la oficina de la antigua villa de la familia Mancuso, inmersa en una conversación intensa con Dante, donde expuse mi convicción de que era hora de derrotar a toda la Ndrangheta. Dante, a su vez, me miraba con incredulidad, como si apenas pudiera creer lo que estaba escuchando."¿Realmente estás diciendo eso?" cuestionó él, su expresión reflejando la sorpresa de mis palabras.Lo miré de vuelta, manteniéndome firme en mi posición. "Sí, Dante, eso es exactamente lo que estoy diciendo", respondí con determinación. "Es la única manera de recuperar el poder que la familia Mancuso alguna vez tuvo."Dante frunció el ceño, visiblemente preocupado por el rumbo de la conversación. "¿No te das cuenta, Catarina?" comenzó él, intentando hacerme ver la realidad. "La familia Mancuso ya no tiene recursos, ni hombres suficientes par
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