La sala permaneció en silencio, ante las palabras del Rey, la tensión en el ambiente era palpable, sin embargo, nadie se atrevía a desafiar la decisión del Rey en ese momento, aunque no estuviera de acuerdo.El Rey se quedó viendo a sus invitados, sobre todo a sus nietos, la influencia del hechizo estaba allí, aunque una parte de él en el fondo seguía luchando, sabía que algo no estaba bien, que su voluntad estaba siendo manipulada, pero no podía romper el control que Minerva ejercía sobre él, por más que quisiera no encontraba.A pesar de la molestia y la incredulidad que inundaron a Yara, Brad y Estrella, ante la impactante noticia del compromiso del rey con Minerva, decidieron esperar, la paciencia era una virtud. —Vamos a fingir que aceptamos su decisión, debemos ser astutos. He aprendido que a mi abuelo, mientras uno más se le opone, más resistencias conseguimos de su parte —murmuró Brad en tono bajo para que solo la escucharan ellas—, vamos a felicitarlos y aceptar su decisión.
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