EMMA.No quiero pensar en lo que está pasando, solo quiero sentir sus labios, sus manos que comienzan a desvestirme, despacio, como pidiendo permiso con cada roce, hasta que me recuesta en la cama y lo dejo, jamás había sentido esto, es como si necesitara sentir el calor de su cuerpo sobre el mío.Dejo que recorra mi cuello con su boca, mientras que sus manos acarician mis pechos, arqueo mi espalda a medida que baja besando todo a su paso, por el placer que esto provoca.—Noha, enséñame lo que es el amor. — Él se aparta y me observa, con una dulzura desmedida en su mirada.— No te preocupes, yo te enseñaré y te cuidaré.Y es así como poco a poco él recorre todo mi cuerpo y yo me pierdo entre sus enormes brazos, sus músculos, su boca, lo siento en todo mi ser en cada fibra, y cuando creía que esto era el más exquisito placer, me penetra, lentamente, dejándome sentir por completo de lo que es capaz de hacer con su miembro tan viril, si, esto era el mismo cielo.— Eres todo lo que nece
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