NUEVO PRESIDENTE.Una semana más tarde, en la sala de juntas de Empresas Cross, el aire estaba cargado de una tensión palpable. Nathaniel, sentado en su lugar habitual al frente de la mesa, se veía como la sombra del líder carismático y seguro que alguna vez fue. Sus ojos, que solían reflejar determinación, ahora estaban velados por la derrota y la desilusión.En contraste, al otro extremo de la mesa, Julián irradiaba una confianza triunfante. Su sonrisa era controlada, pero sus ojos no podían ocultar el brillo de la victoria. Para él, este no era un simple cambio de liderazgo; era la culminación de su ambición, el premio por su astucia y persistencia. Julián disfrutaba el momento con una satisfacción que rozaba la arrogancia. Mientras observaba a Nathaniel firmar la cesión de poder, su mente ya trazaba los nuevos horizontes que se abrían para él y para la empresa bajo su mando. Julián sabía que este era su tiempo y se regodeaba en el reconocimiento de su triunfo, no solo en los negoc
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