Respira hondo Mustafá, se prepara para salir, tiene que tragarse todo lo que quiere gritarle a Seda, por alguna razón admite en su mente que no la ama, al menos no como ella imagina. Pero, el hambre y el deseo están inmersos en él.Antes de salir se cruza con Seda, sus rostros se revelan muy contradictorios, ya ninguno de los dos sabe que decirle al otro, sin embargo, una nube esperanzadora se posa por encima de Mustafá y se convence que Seda le dará una segunda oportunidad, para seguir desprendiendo de él todo ese fogaje que destila por sus poros.Mustafá sin querer siempre coloca una barrera entre ellos, suele evitar por todos los medios un calificativo aparente, donde se le dé una connotación diferente a lo que sienten y tienen como pareja, musita que, en el fondo busca de huirle a sus sentimientos, por lo que se niega asumir que todo lo que siente, puede ir mas allá de una profunda pasión que idealiza. Ante de salir la toma improvisadamente por su rostro y la besa:—Seda yo…—Ve,
Leer más