Siempre tuve todo lo que quise, era rica, bellísima, popular y todo lo que deseaba para mi vida, era convertirme en una exitosa mujer, que compartiera su vida con un atractivo y acaudalado marido, viviendo en una enorme y elegante casa, con quizás, máximo, un par de hijos. Porque eso de los niños, no se me daba muy bien.Sin embargo, allí estaba yo, con treinta y tres años, viviendo en casa de mis padres, recién divorciada en no muy buenos términos, con una empresa que debía dirigir y que comenzaba a salirse de mis manos.Pues aunque conocía todo el funcionamiento de G&G, el conglomerado de modas que pertenecía a mi familia, nunca antes había hecho trabajo de oficina, porque lo mío, siempre fue modelar, en eso, siempre me había desempeñado.Y nunca esperé tener que encargarme de una de las sedes de la empresa, claro, sabía que al casarme, mis padres me la heredarían, pero era mi esposo quien se hacía cargo de ella como el presidente. Ahora que estaba divorciada, me tocó a mí, asumi
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