*Meses después*—Tú eres feo.—La fea eres tú —respondió Kelvin.—Mamá, mira a Kelvin, me está diciendo fea.—ja, ja, ja, creo que todas somos feas cuando tenemos esa edad.—¡Mamá! —exclamo la niña y haciendo un puchero añadió—. Se supone que tu hija soy yo, pero lo defiendes a él.—ja, ja, ja —Evelin soltó una carcajada.—lelo, lelo, lelo —Kelvin empezó a hacerle muecas graciosas—. Eres, fea, eres, fea, eres, ja, ja, ja.—No cantes tanta victoria, que también eres feo —dijo Anaís mientras negaba.Rebeca no pudo evitar reírse.—Kelvin es feo, ja, ja, ja.—Ya quisiera ser niña otra vez —dijo Evelin apoyando sus manos en la mesa, mientras observaba como Kelvin salió corriendo detrás de Rebeca—. Es el tiempo en que más felices somos.—¿y quién no quiere ser niño? —dijo Fanny—. No hay preocupaciones, no hay gastos y si hay problemas, se te olvidan e incluso, si peleas con tus amigos, a los cinco minutos, estás como si nada.—Es la inocencia de ser niños —comento Anaís—. Creo que lo estamo
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