Por la mañana, Farh no deseaba levantarse, lo único que quería era dormir, y no saber nada, ahora estaba casada, y no era como ella lo pensaba, el cuento de hadas no existía, era una terrible pesadilla de la que ella era la protagonista.Había sido una completa tonta, Carlo se sentó en la cama junto a ella, la chica estaba cubierta con la manta de pies a cabeza.—Farh, tenemos que despedirnos de tus padres, desayunaremos con ellos, tenemos que regresar a Estados Unidos, sabes que tengo que estar al frente del corporativo, en un par de días tendré varias reuniones con algunos socios.Ella lo escuchaba, pero se resistía, no quería ir con él, así que respiro profundamente para darse valor y decirlo.—Carlo, te agradezco lo que has hecho por mí, pero no quiero ir contigo, deseo quedarme con mis padres. —Dijo descubriendo su rostro, Carlo pudo ver sus hermosos ojos rodeados por unos círculos cada vez más oscuros.—Farh, sabes que no puedes quedarte, ahora estamos casados, sí te quedas, tu
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