Ahmed y Mía voltearon a ver a su hija sin poder creer lo que escuchaban, Farh caminó hasta donde se encontraba el hombre que su padre consideraba un atrevido.—Hija, no puedes casarte con un desconocido, buscaremos a alguien que pueda hacerte feliz, que esté dispuesto a pasar por alto todo lo que ha pasado. —Ahmed esperaba poder hacer recapacitar a Fahriye.—No es un desconocido, el señor Abadi era mi jefe en Los Ángeles. —Ya no le importaba que sus padres se enteraran que les había ocultado que trabajaba de secretaria ejecutiva.—¿Tu jefe? —Preguntaron sus padres sin poder creerlo, ¿Cuantas cosas les ocultaba su hija?—Así es, señor, Farh trabajaba para mí, era mi secretaria.—¿Secretaría? Por Alá, hija, ¿Cómo te has atrevido? —Mía conocía a su marido, y aunque poco se enojaba, estaba segura de que estaba a punto de un ataque de ira, sí no había enclaustrado a Fahriye después de lo que había sucedido, en esta ocasión lo haría.—Permítame presentarme, hace un momento no he podido, mi
Mohamed se encontraba en Abu Dabi, al enterarse que Farh se casaría para solucionar lo que había pasado, regresó a Dubái de inmediato, tan apegado a las tradiciones como era, se sentía impotente.—Padre, sabe que siempre he hecho lo correcto, respetando nuestras leyes y tradiciones, pero está vez se trata de mi hermana, no me importa lo que se diga de nuestra familia, ni que nos señalen, Farh será infeliz si se casa con ese hombre.—Lo siento, hijo, ya está decidido, y ella lo ha aceptado, mañana será la ceremonia de compromiso y firmarán el acuerdo, los dos seremos testigos y revisaremos el marh (la dote).Mohamed no acostumbraba a discutir con su padre, bajando la mirada salió del despacho, se dirigió a la habitación de Fahriye.—Hijo, tu hermana se ha quedado dormida.—Necesito hablar con ella, ¿En verdad está segura de querer casarse con ese hombre?—Lo está, ahora salgamos, está agotada, ha llorado mucho la pobre. —Mía ya se había resignado, después recordó que ella también se ha
Fahriye lloró durante toda la noche, no entendía cómo es que su mente se negaba a olvidar a Derek porque para ella así se llamaba, Abdel era un completo desconocido, del cual no tenía recuerdo alguno en su mente.Años atrás cuando había convivido con él, lo había hecho muy poco, por eso es que lo había olvidado completamente.No entendía porque les había tomado tanto odio, y ella había sido una tonta que no había visto las señales de que él tan solo quería hacerle daño.Por la mañana, Mía decidió no molestar a Farh temprano, la dejó dormir hasta mediodía, a esa hora llamó a su puerta, le llevaba el desayuno, la chica abrió poco después, su madre sintió un vuelco en el corazón, al notar las oscuras sombras bajó sus ojos.—Mi amor, has estado llorando —colocó la bandeja sobre la mesa que se encontraba a un lado de la cama, después la abrazó fuertemente.—Me quiero morir, pero sé que no puedo, ustedes no se merecen sufrir por mí, más de lo que ya lo han hecho. —En su rostro se podía nota
La noche de la Henna llegó las mujeres de la familia acudieron a un salón bellamente decorado para la ocasión, Mía recordó cuando años atrás se organizó para ella esa celebración, le traía muchos recuerdos.Basima era la encargada de organizar todo como en aquella ocasión, quién mejor que ella que conocía muy bien las tradiciones y costumbres, esa noche invitó a algunas amigas de la familia para que las acompañarán en el evento.La noche de la Henna se suponía que era la más esperada para las solteras o prometidas, pero no para Fahriye, la chica no podía ocultar su tristeza, desatando especulaciones entre las asistentes.—Niña, deberías de estar feliz, mañana te casarás con el hombre que amas, hoy es el día más especial para una chica con nuestras costumbres. —Una de las mujeres invitadas no entendía porque no estaba feliz.—Mi hija está feliz porque mañana celebra su unión con el hombre que ama, pero está triste porque hoy es la última noche con su familia. —Mía mintió para justifica
La noche de la Henna llegó las mujeres de la familia acudieron a un salón bellamente decorado para la ocasión, Mía recordó cuando años atrás se organizó para ella esa celebración, le traía muchos recuerdos.Basima era la encargada de organizar todo como en aquella ocasión, quién mejor que ella que conocía muy bien las tradiciones y costumbres, esa noche invitó a algunas amigas de la familia para que las acompañarán en el evento.La noche de la Henna se suponía que era la más esperada para las solteras o prometidas, pero no para Fahriye, la chica no podía ocultar su tristeza, desatando especulaciones entre las asistentes.—Niña, deberías de estar feliz, mañana te casarás con el hombre que amas, hoy es el día más especial para una chica con nuestras costumbres. —Una de las mujeres invitadas no entendía porque no estaba feliz.—Mi hija está feliz porque mañana celebra su unión con el hombre que ama, pero está triste porque hoy es la última noche con su familia. —Mía mintió para justifica
Farh estaba nerviosa, pero intentó hacerse fuerte, al salir del baño se paró bajo la puerta, al voltear, Carlo estalló en carcajadas, muy al contrario de lo que ella había pensado, ya se lo imaginaba furioso.—Ja, ja, ja —Farh cruzó los brazos sobre su pecho, la que se sentía furiosa ahora, era ella.—¿Qué es tan gracioso? Acaso te parezco un payaso.Carlo empezó a reír más fuerte, mientras se agarraba el estómago, y es que ver a su flamante esposa vestida de esa manera era cómico, la misma mujer que hacía un momento lucía como toda una princesa, vestía un pijama de conejo en color rosa, cubierta de pies a cabeza.—Tengo frío, no te burles —Farh sentía ganas de darle un golpe en la cabeza.—Fahriye, no te voy a comer, no soy un ogro, no te obligaré a estar conmigo, quiero ganarme tu amor, no tu odio, esperare pacientemente a que desees estar entre mis brazos.—Entonces esperarás por siempre —Farh pasó junto a él, y se acostó de su lado de la cama, pensaba pedir que durmiera en un sill
Por la mañana, Farh no deseaba levantarse, lo único que quería era dormir, y no saber nada, ahora estaba casada, y no era como ella lo pensaba, el cuento de hadas no existía, era una terrible pesadilla de la que ella era la protagonista.Había sido una completa tonta, Carlo se sentó en la cama junto a ella, la chica estaba cubierta con la manta de pies a cabeza.—Farh, tenemos que despedirnos de tus padres, desayunaremos con ellos, tenemos que regresar a Estados Unidos, sabes que tengo que estar al frente del corporativo, en un par de días tendré varias reuniones con algunos socios.Ella lo escuchaba, pero se resistía, no quería ir con él, así que respiro profundamente para darse valor y decirlo.—Carlo, te agradezco lo que has hecho por mí, pero no quiero ir contigo, deseo quedarme con mis padres. —Dijo descubriendo su rostro, Carlo pudo ver sus hermosos ojos rodeados por unos círculos cada vez más oscuros.—Farh, sabes que no puedes quedarte, ahora estamos casados, sí te quedas, tu
Carlo sonrió al escuchar a Fahriye, por supuesto que le encantaría estar cerca de ella todo el día, de eso no tenía la menor duda.—Por supuesto que no, tu puesto sigue ahí.Pues estoy más que lista, después de desayunar podremos irnos.Farh comió con ánimo, Carlo la observaba discretamente de vez en cuando, se alegraba de ver que ya no estaba triste, o al menos disimulaba bien no estarlo.Después de desayunar, salieron hacia el corporativo, viajaron en silencio, al llegar, Farh lo pensó un momento, no deseaba que empezarán a correr los chismes si los veían entrar juntos.Pero después se dió cuenta que la noticia de su matrimonio había salido en todos los noticieros del mundo, su padre se había encargado de ello para acallar los rumores sobre su familia.Al salir del elevador, Carlo la tomó por el brazo, ella lo retiró sútilmente, Carlo sonrió, las cosas con ella sucederían lentamente, los empleados que se encontraban en ese piso, al igual que había sucedido con los que se encontraban