29. El bebé, es de los dos
Emma miraba a su alrededor, un poco desconcertada. Era un restaurante, eso parecía obvio, pero nada de lo extravagante y asfixiante que se imaginaba.— Ella debe de ser tu hermosa chica, bienvenida a mi humilde restaurante – saludó a Emma con confianza total y le dio dos sonoros besos, uno en cada mejilla.— Cuídalo mucho, que te has llevado a un gran hombre. — Más de una aquí te va a mirar con envidia, pero tú, tranquila, que cuando este chico se enamora, es peor que caballo con anteojera.Emma solo saludó, sonriendo con timidez, pero nadie desmintió que ellos eran pareja. La señora, que al parecer era amiga de Steve, lo llevó a una mesa discreta, pero que daba muy bien al espectáculo, en el que se especializaba este pequeño, pero muy demandado restaurante- pizzería.Las pequeñas mesas redondas, también con manteles a cuadros, estaban todas en el mismo salón, pero a una distancia agradable para la conversación privada.Emma miraba fascinada hacia detrás de un largo mostrador, dond
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