Mientras mis dedos rozaban su barriguita una vez más, mi teléfono vibró en mi bolsillo. Luché por sacármelo de mis pantalones cortos bastante ajustados.—Profesora Martin, ¿cómo está? —Yo dije.—Hola, Harper. ¿Encontraste el lugar?—Sí, el Uber me dejó justo afuera de la casa. Acabo de conocer a Coc
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