MI LINAJE ES PODEROSO. Al día siguiente, Serafina y Lorenzo bajaron juntos para desayunar, tomados de las manos. La cara del Alfa era sonriente y llena de satisfacción. Serafina también sonreía, pero en cuanto vio a Brenda sentada en la mesa, su sonrisa se esfumó. Lorenzo, al notar el cambio en ella, la tranquilizó. ―Mi amor, está aquí por el caso, ¿de acuerdo? Solo tienes que soportar hasta que se atrape a la bestia. Serafina torció los labios y suspiró. ―Entonces yo misma voy a ir a darle caza, cuanto antes se vaya, mejor. El alfa sonrió y besó sus labios. ―No tienes que sentir celos, tú eres mi reina, mi amor. ¿No te lo demostré anoche? Las mejillas de Serafina se sonrojaron al recordar todo lo que habían compartido, y efectivamente, Lorenzo había cumplido su palabra. ―Buenos días, señora ― interrumpió Hipólita la conversación. Serafina le dio una sonrisa al ama de llaves y dijo ―¿Alessio no ha despertado? ―No señora, el joven príncipe aún duerme. Me encargaré de llevarle e
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