SEGUIR LA TRADICIÓN. Antes de que Erika pudiera procesar su siguiente movimiento, los labios de Malakay estaban sobre los suyos, reclamándola con una urgencia que borraba cualquier pensamiento consciente. A pesar de su determinación de resistirse, algo primordial y profundo la empujó a responder al beso. Era una conexión que iba más allá de la lógica, una unión de almas y esencias que la instaba a ceder y que, contra todo pronóstico, le brindaba una sensación de seguridad. Malakay, por su parte, nunca se había sentido tan completo y satisfecho como en el momento en que probó los dulces labios de Erika. Su sabor y su aroma eran como un hechizo que lo envolvía, todo en ella era simplemente perfecto para él. Sus instintos tomaron el control, su lobo interior luchaba por ejercer su soberanía, ansiando ir más allá, dejar su marca, proclamar a todos los lobos que ella le pertenecía. Podía sentir cómo la excitación de Erika aumentaba con cada segundo que pasaba, cada roce era una chispa qu
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