Sábado 22 de julio del año en cursoEs temprano, los rayos del sol que entran por la ventana me despiertan de golpe, me enderezo con precaución y veo entrando a Bern con una charola.—Arriba dormilonas, es hora de desayunar—acomoda la charola sobre la cama en donde ha acomodado perfectamente bien nuestro desayuno, además le ha añadido unas flores que se ven preciosas.—Gracias, no tenías que molestarte—comienzo a desayunar.—No es molestia, es un placer estar con ustedes.«Quisiera saber que lo hizo cambiar de opinión, pero la verdad prefiero que el día siga tranquilo, no quiero entrar en discusiones y menos sobre cosas que no son mi responsabilidad…eso es, tengo que enfocarme en lo que me pertenece, sé que para mi corazón eso es ser egoísta, pero es momento de atender lo mío y olvidarme de lo demás, excepto, claro, que me pidan ayuda en algo en específico, solo entonces podré intervenir.» sonrío y sigo desayunando en silencio.—¿En qué piensas Len? —me pregunta Bern tratando de obten
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