Silencio, muchas cosas lo pueden provocar, una noticia, un disparo, incluso un grito, tantas cosas, y factores pueden dejarte sin palabras, como a Horus, quien no solo se mantuvo en silencio durante todo el viaje a la clínica, sino que comenzó a ver de otra forma a esa joven, ya no era una niña, no solo físicamente, ella no lucia como la joven que llego a Italia, y no era por el maquillaje, ella realmente lucia como un adulto.— Deberás tomar mi mano. — informo cuando el mayor estaciono fuera de la clínica.— ¿Quieres que simulemos ser una pareja? — Dulce dejo de ver por el cristal para girar tal cual la niña del exorcista.— ¿Qué? No, digo… Dios, me dan miedo las agujas, cuando Maciel rompió mis brazos estuve enyesada por tres meses, por lo que para hacerme análisis me pinchaban el cuello, es doloroso y por más que trataba de no ver la aguja, siempre terminaba mirando. — sus manos temblaban, y Horus le dio el beneficio de la duda a Pedro, quizás y si se ponía de esa forma solo por tr
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