DULCE:Veo una vez más por la ventanilla del jet privado de mi tío Donato, el Don de Chicago, y mi corazón se acelera, el solo saber que en pocas horas estaré con mis amigos… bueno, eran mis amigos cuando era una niña, y aunque la última vez que los vi fue unos días antes de mi quinto cumpleaños, dejaron huella en mí, tanto así que con dieciocho años, no solo los recuerdo, también los anhelo, era tan feliz cuando los trataba, se suponía que cuando mi madre me recordó, no solo tendría una familia, también conservaría a mis amigos y así hubiera sido, si no fuera por Horus Bach, a ese hombre le debo mi soledad, las lágrimas de mi madre y el sufrimiento de mi tío Donato, decir que lo odio es quedarse cortos, pero me vengare, algún día lo hare, cuando mi madre al fin vea que puedo llevar el negocio familiar adelante tan bien como ella, ese día, cuando tome su lugar lo primero que hare es ir por Horus.— No puede ser, realmente es un idiota. — la voz profunda y quizás un poco tenebrosa de P
Leer más