En cuanto llegaron a casa, Felipe se hizo cargo de la cama. Clara estaba furiosa. —frunció los labios y miró a Felipe, pero solo dijo:—¡Cabrón astuto!Quien, apoyado cómodamente en el cabecero, se puso a leer un libro ignorándola. Clara puso los ojos en blanco, tomó la manta y se dirigió hacia el sofá para estar más cómoda; las quemaduras de la espalda no se habían curado, así que se sentía aún más incómoda tumbada en el sofá ya que no podía permanecer boca arriba, el dolor se lo impedía.Clara no podía dormir a causa del malestar. Y se puso a pensar el en lo que había ocurrido aquel día, sintió que algo no iba bien. Esos hombres no parecían haberlo hecho por capricho, sin suda fue más bien un ataque planeado. Ella quería visitar a un viejo amigo de Joaquín, pero se topó con los seis matones de camino. Si fueran delincuentes normales robarían a los transeúntes o los acosarían. ¡Pero esta gente tenía ácido! ¿Qué significaba eso? ¿Querían arruinarle la cara? Y en cuanto vieron a Cl
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