Asiente con la cabeza con dificultad, dejando las cosas claras, la suelto y cae al suelo, jadeando con angustia, me mira desde su posición con odio, está enojada por no haberla elegido a ella y eso lo sé porque me lo dijo cuándo se enteró de que Ginebra era mi otra mitad. Le he dado las buenas noches y volví a la habitación, acostándome otra vez a lado de mi mujer.Durante los días posteriores, Ginebra ha estado más ocupada que antes, ya que tiene que prepararse para la fiesta de compromiso y eso implica aprender a bailar, modales en la mesa y aprender etiqueta; sigo sin entender, porque los humanos se complican tanto la existencia, recuerdo que, cuando me tocó aprender todo esto, sentí que fue una pérdida de tiempo, todavía lo sigo pensando. El único momento que tengo para verla es en la noche, me cuenta cómo ha ido su día y aunque me diga que la está pasando bien, en su tono de voz puedo notar que está frustrada y cansada de todo esto. Le entiendo a la perfección.Mi Beta ha enviado
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