HOSPITAL DEL PUEBLO. Al día siguiente de estar recluida en el hospital llega Lucía con Franklin. Entra a la habitación, al verme corre hacia donde estoy acostada y me abraza —Amiga, perdóname, te quiero, esto es culpa mía, si no me hubiese peleado contigo, esto no hubiera pasado, te viniste sola para este pueblo, eso no me lo perdono. ¿Me perdonas?, dime qué me perdonas, tu amistad es lo más grande que yo tengo, tú eres mi familia, eres mi hermana. —Lucía, yo lo sé, tú eres para mí como la hermana que nunca tuve, tú también tienes que perdonarme, debí ser más sincera contigo, pero esto que ocurrió en lugar de separarnos debe unirnos más, de ahora en adelante no más mentiras, no debemos ocultarnos nada, más que amigas somos hermanas. Lucía me abraza y así nos quedamos por un buen rato, Franklin y Adrián nos miran complacidos, felices por nuestra reconciliación. CASA DE LOS PADRES DE AMANDA. Ya han pasado tres meses desde la muerte de Dam
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