Evangelyn estaba sorprendida, luego de ver el video, no dudó en llamar a Oscar. —¿Tú grabaste el video y lo subiste en la red social? —Sí, fui yo, pensé que esa mujer haría eso, como se dedica a las redes supuse que algo así haría. —Salvaste a mi hermano, y también el honor de mi familia, Oscar, ¡gracias! De verdad, estoy agradecida. —Entonces, demuéstramelo, mañana en nuestra cita, prepara todo y dime en qué lugar te veré, quiero una cena romántica perfecta, lo merezco, ¿o no? —Eres demasiado engreído, eh, pero, sì, esta vez lo mereces. —Maravilloso, muero porque ya sea nuestra cita, soñaré contigo, suéñame también. Oscar colgó la llamada antes de que ella pudiera responder. Evangelyn tenía el corazón acelerado, su rostro estaba cubierto de un color rojo carmesí por el rubor. Una sonrisa inocente se formó en sus labios, no pudo concilia su sueño, pensaba en él. Bennett fue a la habitación de Margaret y le mostró el video, ambos estaban sorprendidos. —Parece que más pronto d
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