AMANDA GÁLVEZAntes creía que la universidad era igual a como muestran en las películas, dónde al llegar alguien nuevo todos voltean a mirarlo y a preguntar quién es. También creía que aparecería la amiga que ayudaba con las direcciones o el chico malo buscando seducir a la nueva. Nada de eso sucedió, esas situaciones solo ocurren en las películas de romance adolescente y nada más. Llegué a la universidad, debí buscar mis clases y nadie era capaz de ayudarme a encontrarlas. Todos estaban inmersos en sus propios asuntos como para prestarle atención a cualquier otra persona, mucho menos una nueva sin nada especial. No me quejo por ser invisible, me agrada. Me visto demasiado casual para no llamar la atención y porque mi día se reduce a clases y trabajo, es todo. Vivo agotada, me levanto demasiado temprano cada día para poder estudiar y después todo se reduce a tener varias clases, almorzar algo sencillo que preparé el día anterior porque cada centavo cuesta y no puedo permitirme comer
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