UN MARIDO APROVECHADOREl beso se fue haciendo cada vez más intenso y aunque April se decía a sí misma que debía apartarlo, se encontró incapaz de hacerlo. Por su parte, Marcelo nunca se había sentido de tal manera, el deseo dentro de él era irrefrenable, su cuerpo estaba al máximo por la mujer en sus brazos y quería más, muchísimo más.Poco a poco fue bajando su cuerpo hasta llegar a la cama y en un segundo estaba encima de ella, besándola, acariciándola, probando la dulzura de su boca. Para él, no podía ser más correcto, natural, y por primera vez desde que está a su lado, no pensó en Garret.―Eres tan perfecta, bebe ―susurro mientras besaba la curva de su cuello ― Y yo soy tan jodidamente afortunado.April estaba a punto de hacer combustión, en su vida había sido tocada de esa manera, y aunque no recuerde su pasado, su cuerpo le dice que nunca había llegado tan lejos con un hombre. Cerro los ojos y se permitió disfrutar.―Me gustas, April ―Marcelo bajo un tirante de su blusa y come
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