UN JEFE CELOSO (II) ―Yo… no puedo divorciarme. ―¿Por qué acabas de decir que no lo amas? ―Sí, pero hay un contrato de por medio ―ella murmuró por lo bajo ―Hay cláusulas que debo cumplir. Además, ya Marcelo pago los gastos de mi abuela y el banco, se lo debo. Owen se dio la vuelta y maldijo por lo bajo y sus ojos se llenaron de un brillo feroz. «Tenías que asegurarte de que ella no te dejara, ¿verdad? ¡Eres muy inteligente Marcelo, muy, muy inteligente!» Volvió a mirar a April con calma y tomo asiento delante de ella. ―¿Estás segura? Conozco un buen abogado, de todas maneras… ―Él no me obligo, si es lo que piensas. Yo, firme porque quise, acepté el trato, eso es todo. No debes preocuparte por mí, no voy a enamorarme de él, fue la primera cláusula que puso. Así que… ―Es natural que lo haga, él y Layton han tenido una relación demasiado tiempo. ―¿Cómo lo sabes? Y, ¿no se supone que son amigos? ¿Por qué lo estás echando de cabeza? ―April pregunto con cautela. Owens sonrió y to
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