Al poner un solo pie dentro de la mansión, esa jaula de oro donde había vivido atrapada sin ver la luz del sol por tanto tiempo, miles de emociones llenan mi mente y mi corazón. Cada rincón de esta casa y horrible lugar están llenas de mis recuerdos, momentos felices y también… Tan deprimentes…Caminando por el vestíbulo hacia las escaleras, soy obviamente recibida por mi Nana Karina, la cual al oír por la servidumbre que yo había venido a casa, no dudó en abandonar la cocina y sus deberes para venir a buscarme, dándome un fuerte abrazo cuando las dos nos encontramos al borde de las escaleras.—Has crecido tanto, mi preciosa Sophie —dice ella emocionada—, te ves tan fuerte y linda…—Te extrañé mucho nana, más de lo que puedes imaginar —digo en un susurro, aferrándome a ella con fuerza.Quisiera decirle todo, como fui atacada por el imbécil de Fred, como Aaron me rescató, como ahora me siento tan culpable por lo que ocurrió, y como he venido por respuestas. Pero no lo hago, sé que eso
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