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Capítulo 31 - Enfrentando a mis padres
El avión despegó, y a nada estaba de utilizar el baño del avión, Dios ayúdame a superar el miedo, porque era miedo lo que tenía. Si apenas iba a enfrentar a mis padres, como me sentiré cuando le diga a Alejandro el lunes que lo vea. En dos días era el cumpleaños y tengo pensado llegar el domingo a Bogotá, voy a dejar a Eros con mis padres. La sensación fue en aumento cuando el avión aterrizó, con lo hablador que era Eros en los viajes, ahora iba callado y yo lo imitaba, recogimos las maletas, mi bebé solo observaba, tomamos el taxi.—Usted dirá seño. —sonreí ante la amabilidad del señor, iban a ser las siete de la noche.—Al barrio el Recreo, por favor.Me sentía en la dimensión desconocida, sentí el trayecto demasiado corto, Eros no me había soltado la mano, le suda de hecho. Le di las indicaciones al taxista.» Aquí, por favor.Mi hijo me apretó más, debía ser valiente, yo propicié esto, pues ahora debía amarrarme la falda y a lo hecho pecho. ¡Dios, me temblaba todo! El señor muy am
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Capítulo 32 - Visita inapropiada
Eros se levantó para refugiarse en mis brazos, mi hermano me acariciaba el cabello.—Ya Virgi, no llores, no llores hermanita.No sé en qué momento mis padres se levantaron y también se unieron al abrazo, mi alma lo necesitaba, nos quedamos de ese modo, llorando por mucho rato.—¡Ay, hija! Tanto por hablar.—Perdónenme, yo necesitaba permanecer lejos, sé que fui egoísta, pero entiéndanme, no tiene nada que ver con el amor hacia ustedes. Es solo que necesitaba poner distancia, para no odiar a Alejandro o terminar mendigando afecto.—Mami tengo hambre. —miré a Eros sonriendo.—Tu abuela te va a hacer una rica cena, ya verás mi amor. —Le llenó el rostro de besos.—Mi mamá dice que eres la mejor cocinera del mundo. —me miró.—Le hablo de ustedes todo el tiempo. Necesito lavarme la cara, mamá.—Virginia, estamos dolidos por tu proceder, pero eso no significa que no hagas uso de todo lo que hay en la casa, es tu casa y la de mi nieto. ¡Viejo tenemos un nieto! Mañana llamo a mis amigas para
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Capítulo 33 - Camino a Bogotá
Mi madre estaba tan descarada consintiendo a su nieto que daba miedo, y cada vez que le decía algo solo me ponía los ojos pequeños y respondía: «me privaste de él seis años, ahora aguántate». Ayer pasé todo el día hablando con mis padres, contándole lo vivido a lo largo de los seis años.Hoy era el cumpleaños de la razón que me dio la resistencia para continuar viviendo. Mi papá seguía sentido conmigo y lo entendía, espero se le pase pronto. Por lo menos con Eros era otro cantar, lo adoraron al instante de verlo. Se ha tirado al piso a jugar con él para poder incluir a Leo; a quien aún le encanta jugar con los carritos.Ayer le dijo que le va a enseñar a jugar dominó porque a su padre le gusta mucho ese juego, ¡y para qué fue eso!, se la tenía al rojo vivo para iniciar el enseñarle, y como buen niño genio, bajó hasta la historia del juego. En teoría ya sabía cómo enfrentar a su abuelo. Por el lado de mamá, se encontraba haciendo toda la comida típica de Montería para que su nieto supi
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Capítulo 34 - Nervios por verla
—Hijo, ¿por qué te levantaste tan temprano?Mamá me pilló preparándome un café y fritándome unos deditos que había en el congelador para desayunar. Ayer no le conté y era mejor ponerla en contexto.—Mami, es que vamos a… —suspiré—. Virginia llega hoy. —casi se le salen los ojos, se sentó en el comedor sin apartar la mirada—. Perdón por no haberte dicho antes, pero yo lo sigo asimilando. El proyecto que ganamos debo fusionarlo con el de ella, por cosas del destino los dos competimos por el mismo proyecto. Al inversionista le gustó y nos pidieron que lo fusionáramos, por eso Virginia llega el lunes a trabajar conmigo. —Se tapó la boca—. También con César y Fernanda. En resumen, ella llega hoy sola, dejó a su novio en Montería con los suegros. —La vi hacer una mueca—. Mis amigos la invitaron a una parranda vallenata en la finca del señor Amín en Girardot.—La de esa idea es de su combo de amigas, ¿cierto?—Si eso me dijo César. Estoy demasiado nervioso, sigue muy bonita, en Cancún… fue u
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Capítulo 35 - Alejandro & Virginia
Se darán cuenta por las dos canciones que iba a cantar, el que aún seguía enamorada de Alejo. David sonrió cuando dije el nombre de la canción. Él entonó las notas del acordeón y la piel se erizó por completo, desde mi huida no escuchaba el vallenato, el fin de año, era mejor no echarle más sal a la herida del pecho. Le quité la botella de agua de las manos de Blanca.—Lo que hace una por los amigos. Aquí voy. —Respiré y apenas David me dio la entrada—. Terminó el padre la misa, ya casados están……***…Escucharla cantar, me erizó por completo la piel, Virginia vino a mi matrimonio, esto lo confirmaba, ese viaje que hizo fue para hablar y al ver lo que pasaba, se regresó. Ella tenía todo el derecho para odiarme. Continuó cantando y con cada estrofa era una puta puñalada al pecho. ¿Cómo fui capaz? Dios, sé que existes, ¿Por qué lo hice?—Mientras mi corazón llora, pero me aguanté ante tanta gente…Cubrí mi rostro y respiré profundo mientras ella con ese sentimiento cantaba como si se le
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Capítulo 36 - Nos seguimos amando
Había vuelto a cantar, siempre fue una de mis pasiones, no lo había hecho después de que la perdí, solo en la serenata a Maju. Ellas la volvieron a traer, me miraba con enojo y no era para menos. Tenía todo el derecho de estar dolida. ¿Quién no lo estaría?, sin embargo, me seguía amando y que se vaya regresando a Dubai, ese tal dios del amor a la misma Conchinchina, Virginia volverá a ser mía. Y me importa un carajo quedar como un arrogante presumido. —¡Te ves muy contento!Las chicas se sentaron a cada lado de su marido, menos Maju, a César lo tenía a un lado tocando la guacharaca, le sonreí, puede decir lo que sea, seguía amándome, le guiñé un ojo y ella por poco me asesina.» Muchachos, uno de Los Betos, «La dama del ajedrez» —alcé la ceja, se venía con toda, mi Belleza—. Deja esa risita. —Las notas del acordeón sonaron—. Me alejo de ti, el silencio es mi palabra, ya puedes imaginarte que siente el corazón…Me cantaba con rabia, seguía cantando, desafiándome, miré a mis amigos y
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Capítulo 37 - Tengo miedo de las consecuencias
Detuve antes de tomar la carretera, el celular sonaba y sonaba, era Maju, la rabia conmigo misma me tenían en un estado de no poder conducir, se me vino la imagen de mi hijo y preferí detenerme cerca de una estación de gasolina, apagué el auto y bajé a comprarme una botella con agua, debía controlarme para poder conducir. Al regresar al auto devolví la llamada.—Estoy bien. —Le dije a Maju.—No conduzcas, Alejandro se puso histérico, entre todos los hombres lo calmaron, porque quería seguirte, teme que te pase algo en la carretera, David y Carlos ya salieron para alcanzarte.Ella que lo dice y el auto de unos de ellos se detuvo; el abogado iba al volante y David se bajó. Le dijo adiós a Carlos y se acercó al puesto de piloto. —Dile que no se preocupe, desde nuestra ruptura el volante y las lágrimas me han acompañado. Además, ya llegó David. —Virginia, ahora no podemos hablar y siento en el alma que algo más grande te aflige. —Siempre fue buena analizando, aunque diga que en su pro
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Capítulo 38 - Enfrentado la verdad
Me miró y juro, parecía estar averiguando todo en mi mente, aparté la mirada. Me siento juzgada.—Te sientes culpable por esa falta, apartaste la mirada.—Maju no se equivocó al decir que usted es especial.—Gracias por decirlo, todos los días el espejo me lo grita. Cada ser humano es especial por quién es. Y que personas ajenas a ti te vean de esa manera quiere decir qué lo que veo en el espejo lo proyecto. Gracias por el cumplido. —Me hizo sonreír—. Alguien me dijo que eras una belleza. —El corazón latió a mil—. Concuerdo con el joven. Sabes de quién estoy hablando, ahora conoceré el otro lado de moneda.—De hecho, me encuentro aquí por Alejandro.—¿Te removió las entrañas al verlo de nuevo y sientes que tu relación con tu actual pareja se encuentra en problemas? —Vaya, ese chisme llegó hasta sus oídos. —sonrió.—¡Lo sabía! Solo fue una cascarita. Entonces es más compleja la situación.—Espero no me juzgue.—Trato de no hacerlo.—De manera resumida le diré. El día que iba a contarl
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Capítulo 39 - Es importante hablar
—No padre, en estos años comprendí muchas cosas, yo dejé enfría nuestra relación, por ahorrar dinero no viajaba constante y le hice dar a entender que mi trabajo era más importante. Nunca hablamos del tema, si sentía que a él le molestaba el mantenernos separados, pero yo lo ignoraba.—La vez pasada me puse en tus zapatos, ahora me encuentro en los de Alejo. Él se sumergió en el remordimiento, comprendió su error y se arrepintió por el daño causado. Me disculpo por lo que te diré. Tú has estado en el papel de víctima disfrazada en valentía porque has sacado a un hijo sola adelante. —quería defenderme, pero él tiene razón.» ¿Qué culpa tiene tu hijo que tú te sintieras inferior y no peleaste con la verdad por defender el apellido de ese ser que se gestaba en tu vientre, producto del amor? Fuiste valiente en poner distancia hija, pero debías de decirle que esperabas un hijo, que respetabas su decisión de amar a otra. Así le hubieras permitido a tu hijo estar cerca de su padre y vicevers
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Capítulo 40 - Mantuve igual tu diseño
Me encontraba ansioso. Si ella seguía con las mismas costumbres, llegará muy temprano a la oficina, Ernesto se había dormido en su cuarto. Ya era momento de buscar una nueva casa, le pedí el favor a mi madre para que me ayudara con las compras referentes al colegio del niño, a finales de mes ingresa al jardín. Antes Sandra se ocupaba del tema, sin embargo, debía ponerme al frente, gracias a Dios tenía a mi madre.Desayunamos, y no puedo ocultar la ansiedad, pasaremos todo el día juntos, le haré caso a mi madre, voy a dejarla tranquila, así me muera por volver a besarla, por un momento volvió a ser mía. Dejé el auto en el parqueadero y vi uno de los carros de Maju estacionado. Debe ser ella, ya llegó y el corazón latió a mil. Debía calmarme, si ella quiere besos, los habrá, eso sí, debe definir con quién se queda, —pero ¿qué pendejadas estoy pensando? Recuerda, es mejor dejarla tranquila—. Por ahora esperar a ver qué pasa.Al llegar al piso ocho donde quedaba la oficina, —no había otra
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