Gael. Fruncí el ceño cuando Sofí se movió un poco, y noté como de forma mecánica puso la mano en su vientre. No sabía qué hora era, pero ya era madrugada, y no podía dejar de mirarla. La noticia del bebé había hecho algo en mí. Había una sensación extraña, pero satisfactoria, y no podía esperar que ese bebé llegara el mundo, con el tipo de vida que llevaba ahora. Necesitaba arreglar todo a mi alrededor, por Sofí y por… mi hijo… Apreté la mandíbula, y recordé cómo su mirada vino a mí con miedo antes de confesarlo. Me sentí un poco canalla, y a la verdad ahora mismo quería abandonar todo esto, llevarme a Sofí, y comenzar una nueva vida. Pero sabía que una mujer como ella no merecía estragos del pasado. Y aunque me costara muchas cosas, como un hombre debía hacerle frente a todo lo que sabía, se avecinaba. Me levanté recostándome a su lado, y de forma suave puse la palma sobre la suya. Ella se estremeció un poco, y luego se giró para unir su cuerpo con el mío. La conexión que ten
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