Al día siguiente. —Debes decirle a Russell que, con los planes de boda, la luna de miel, la fiesta de las niñas, dudo mucho que puedas seguir siendo su asistente. —Mi amor, espera un poco. Primero es la fiesta de nuestras niñas, luego la boda, de todas formas, sí, hablaré con Russell, todo ha cambiado, él debe saberlo. —O sea que, ¿No planeabas casarte conmigo si esa mujer innombrable estaba embarazada? —preguntó él con ojos pequeños. Marina no supo que responder. —Era difícil, Demetrius, pero, ¿Sabes? Ya no importa, porque te amo. Alana sonrió al verlos tan felices. —¡Soy tan dichosa de que los buenos días hayan vuelto a casa! Las gemelas entraron y se sentaron en sus sillas para comer. —Papi, ¿Cuándo vamos a tener nuestra fiesta de cumpleaños? Quiero que vayan payasos, quiero dulces, y las princesas de Disney. Demetrius sonrió. —Habrá eso y mucho más, Mady, ya verán, mis niñas, tendrán una fiesta increíble. —Alana, por cierto, muchas gracias por ayudarme con el casting de
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