Unos golpes en la pared despertaron a Sara, esta vez tenía un grillete en las manos, pero los ruidos siguieron hasta que ella, rendida a que sería la única forma de que se calmara, respondió con dos golpes más.Se limpió la cara del cabello que se había zafado de su rostro y recostó la espalda luego de que la persona del otro lado se quedara tranquila.Miró el balde con agua que dejaron en reemplazo del plato con comida, ya que luego de haberse burlado de Abel, este ordenó que no le dieran comida, tan solo agua. Tan higiénica no era, pero al menos le calmó la sed. Miró sus muñecas lastimadas, con dos días teniendo ese grillete tenía la zona bajo esta lastimada. Por lo que con cuidado se puso de pie, acomodándose para arreglar el pelo y no siguiera estorbando en su rostro. __ Tú comida, bestia. - le dijo Kina a la persona del otro lado, luego salió casi corriendo cuando un gruñido ronco y casi inhumano la asustó. Le temía, era imposible no hacerlo si sabía lo bestial que podría ser.
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