Parte II. Capítulo 26. La boda.
Bárbara se miró al espejo y se sintió como una princesa. Llevaba un hermoso vestido de novia con encaje, de color marfil, con un escote de hombros caídos que resaltaba su busto y su cintura. La falda era amplia y vaporosa, con varias capas de tul y organza adornada con pequeñas florecitas de color lila que se prolongaban hasta una cola larga y elegante, que arrastraba por el suelo. Llevaba su cabello recogido en un moño alto, adornado con una tiara de cristales. Su rostro estaba maquillado con tonos suaves y naturales, que resaltaban sus ojos verdes y sus labios rosados. En sus manos llevaba un ramo de rosas blancas y lilas, que combinaban con el color de su vestido. Bárbara se sentía feliz y nerviosa a la vez. Estaba a punto de casarse con Nathan, el amor de su vida, y de formar una familia con él y con Gabriel, su hijo. Había pasado por muchas dificultades para llegar hasta ese momento, pero al fin había logrado superarlas. —Estás preciosa, Bárbara. Nathan va a quedarse sin aliento
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