Capítulo 30. Diana al fin está en casa.
Al amanecer, los tenues rayos de sol comenzaron a filtrarse a través de las cortinas de la habitación del hospital. Ava despertó lentamente, parpadeando mientras su mente volvía a la realidad. Al girar la cabeza, su corazón dio un brinco en su pecho al encontrarse con la vista de Diana, de pie en el borde de su cama, mirándola con una sonrisa cálida y llena de amor.―¡Mamá! ―exclamó Diana con entusiasmo, sus ojos chispeando de alegría.Ava no pudo evitar soltar un suspiro de alivio y felicidad. Extendió los brazos y Diana se lanzó hacia ella, abrazándola con fuerza. Las lágrimas amenazaron con asomar, pero Ava luchó por mantener la calma mientras acariciaba el cabello de su hija.―Mi pequeña hija, estoy tan feliz de verte ―susurró Ava, sus labios rozando la cabeza de Diana.Diana se apartó ligeramente, sus ojos brillando con una mezcla de inocencia y emoción.―Hombre papá, malo, lejos, mamá, caminamos y dormimos en el bosque, oscuro, frío, miedo, no gustó ―contó Diana en su manera car
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