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Todos los capítulos de De Monja A Mafiosa: Capítulo 51 - Capítulo 60
83 chapters
51. La primera cita
Hoy usaré mi sonrisa más bonita y rociaré tras mi oreja la mejor fragancia, esa que me hace ver el mundo de manera positiva.Sacó de mi closet la mejor ropita que tengo hasta ahora, el invierno aún se siente, así que elijo unos jeans largos que se ajustan perfectamente a mis piernas, me pongo una blusa de lana blanca y alrededor de mi cuello guindo una bufanda gris, la acomodo tal como me enseño Lottie. Me pongo mis botas negras y, con cierta dificultad, me paseo por toda mi habitación para practicar un rato mi taconeo, las botas no tienen un tacón demasiado alto, pero no quiero quedar en pena, y menos quiero avergonzar a Richard, a ningún chico le gustaría salir con una chica que camina como borracha desequilibrada.—Bien, no es tan difícil…, puedo moverme bien con esto.Me detengo frente al espejo y agarro el jacket negro que está sobre el perchero de alado, al ponérmelo me contemplo de arriba a abajo, acicalo mi cabello y reviso mi maquillaje…. Me veo fantástica.Mi celular acaba d
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52. Mujer de armas tomar
Jamás había visto un arma de fuego tan de cerca, por primera vez siento el pesado calibre sobre las palmas de mis manos, el frio del hierro me ha paralizado de tal forma que no me permite sostenerla con la firmeza y seguridad requerida, pues todos mis dedos están entumecidos por el miedo que siento. No sé nada de armas, desconozco cuál sea el modelo y en donde tiene puesta las balas. ¿Antes de disparar debería hacer alguna otra cosa? Lo único que sé es que las balas salen por el agujero de enfrente y que tiene esa pequeña cosa llamada gatillo.—¡N-No sé usar un revolver! —exclamo aterrada y casi susurrando—. ¡¿c-cómo se sostiene esto?!—No es un revolver, es una pistola semiautomática —Peter me corrige en voz baja—… Solo sosténgala como pistolita de agua ¿ok?—Las únicas pistolas que he sostenido en mi vida son las de goma caliente, las pistolas de manguera de agua y, si acaso, un secador de cabello.—Bueno, sostenlo cómo un secador de cabello, pero sin llevárselo a la cabeza, ¿Ok?—¡
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53. Menuda suerte
Cuando escucho su nombre solo pienso en esa progresiva e interminable obsesión que constantemente me persigue; Sí, porque su obsesión tiene patas, las he llamado: inseguridad y perturbación.Dimitri Paussini amenazó con deshacerse de Richard al instante en el que supo de nuestra cita, solo él tenía motivos para querer matarlo, solo él es capazas de hacer algo tan horrible, él y su maldita obsesión; ahora todo esto me hace sentir culpable, porque es por mí que, justo ahora, Richard está al borde de la muerte.Mientras vamos caminando por los alrededores de Bentall Center, siento como la claridad del día me encandila y me hace ocultar el rostro bajo las palmas de mis manos, siento como una fuerte brisa golpea y refresca mi rostro humedecido en lágrimas. El cuerpo inerte de Peter aún ronda por cada rincón de mi cabeza, la expresión de agonía de Richard es una tortura constante. Siento mucha ansiedad.—Señorita Inocencia, la dejaré en el portón de su casa. —¼ de pollo aun no me suelta de
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54. Perspectiva de Yonel Hikari
Narrado desde la perspectiva de Yonel Hikari.El futuro no es mañana, es cuando termine de pensar en esta frase...El futuro de mi familia es extraño y preocupante, está vinculado con una disparatada profecía que pone a mi recién conocida sobrina como la más grande mafiosa de esta era, aún más grande que Delancis, quien ha sabido manejar nuestros negocios a la perfección; sí, tengo que aceptarlo, ella estuvo siempre presente en los negocios de su padre, aprendió bastante de ello. Me es difícil pensar que Inocencia pueda hacer un mejor trabajo que Delancis, pero confieso que puede hacerlo si aprende a controlar su oscuridad, justo ahora acaba de salir del salón de billar para responder una llamada, toda esta charla que tuvimos parece no haberla convencido por completo.—Bien, volvamos a nuestros trabajos —le digo a Alexis y a mi hermano—. ¿Alguna noticia sobre los documentos de Diamond?—Delancis logró conseguir acceso a la bodega privada que tenía alquilada Gabriel —responde Alexis—,
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55. Un hogar solitario
El grisáceo humo de los cigarros se sobrepone frente a la tenue oscuridad que se tiende por toda la habitación, aquí huele a una mescla de tabaco y vodka, no hay ventana ni nada que permita filtrar la claridad del día, esto pareciera estar construido en algún lugar bajo tierra. Y pues, estoy aquí en mi nuevo trabajo de «madrina de la mafia», sentada en la cabecilla de una mesa rectangular, rodeada por paredes repletas de armas y de objetos de extorsión, frente a los rostros desconocidos de los líderes de todos los clanes que ahora yo estoy controlando.Sobre la mesa: unos cuantos vasos con licor, un par de ceniceros, un antiguo teléfono de disco, diferentes tipos de pistolas y, en el centro de todo, un juego de Monopolio.—Alexis, te toca lanzar el dado —le digo al chico que se ha convertido en mi mano derecha.—Ino, ¿no deberíamos estar jugando a algún juego de cartas? —me pregunta Ermac, quien está sentado a mi lado izquierdo—. Pienso que este sueño se vería mejor si jugamos una ron
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56. No debería estar pensando en él
Mi ángel guardián está indispuesto a levantar vuelo, al ir a rescatarle vi sus alas blancas manchadas por aquella oscuridad que brota de este mundo agrietado.La llamada de Richard llegó tarde, muy tarde, y no dije nada al respecto, no me atreví a pedirles razones, y hasta reprimí mis molestias para que no se notaran en mi tono de voz, pues no quería que me tomara como una mujer tóxica, o que se quedara con una mala impresión de mi persona, suficiente con lo que vio en la discoteca.A través de las ventanas del auto puede verse la bruma esparcida en ciertos rincones del paisaje nocturno, a estas horas las calles de Kingston aún están siendo transitada por una buena cantidad de autos. Desde el sillón trasero del auto puedo ver que el reloj marca las 10:00 pm… Creo que no soy la única que piensa que estas horas no son propias de hacer visitas, pero se trata de Richard, y todo el día he estado preocupada por él.Esta noche voy acompañada de dos guardaespaldas que me ha designado mi herma
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57. La empresa familiar
—Richard, soy inexperta en esto del noviazgo, quiero aceptar ser tu novia, pero no sé cómo debería responderte.—Ya lo hiciste.Richard vuelve y me besa, y en medio de aquel beso, empieza a usar su lengua, la adentra tan profundo que hasta me provoca una nausea inmediata, pero no se lo hago notar, solo aprieto más mis ojos para aguantar hasta el final. No quiero arruinar el momento, se supone debería ser hermoso e inolvidable; es que no entiendo, ¿Por qué tiene que meter su lengua en mi boca? ¡¿acaso este hombre intenta borrar mis memorias con su lengua?! ¡Santo padre!Jamás pensé que un beso fuese a sentirse tan diferente al anterior, si antes estaba asustada, ahora me siento ansiosa, quiero salir corriendo de aquí. Quiero irme, es como si la oscuridad se revolcara dentro de mí para detenerle, y estoy segura que no debería sentirme así, pues siempre creí que un beso me dejaría deseosa por ir más allá. Aún recuerdo cuando, por las noches, regresaba a mi habitación, me lanzaba sobre mi
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58. La próxima vocación
¿Debería esperar siempre lo peor?¿Dónde debería depositar mi orgullo?Me siento tan decepcionada, tenía fe de que, al llegar a esta empresa, podría encontrar el lado bueno de mi familia, pero todo parece estar podrido, mi familia es el maldito cáncer de la ciudad, sus acciones cada vez son más dañinas para el prójimo, y sus desalmados negocios siempre están manchados de crueldad.—Es el mundo que nos tocó vivir, Inocencia. —Delancis cruza sus piernas y se acomoda sobre la silla—. Es cierto que se puede nacer con alas de ángel en medio de un infierno, pero por más que se protejan aquellas alas, terminarán quemadas o chamuscadas.Me levanto de la silla y me inclino de frente y hacia ella.—Y aunque me quede sin alas, no me convertiré en un demonio.—Lo dice la reina de la oscuridad —sonríe con cinismo.—No, Delancis. No pienso convertirme en una mala persona, yo tengo mis ideales claros, y si aún no te ha quedado claro, el crimen y la maldad no es lo mío.Delancis empieza a echarle un
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59. Rumbo a clases
Me asusta tenerte cerca, porque cuando te paras frente a mí, haces que pierda el control de mi vida, y por un momento siento que conviertes mi futuro en algo aleatorio. Voy caminando, con mucha prisa, por los alrededores del lago, rumbo a los baños públicos que están en el parque, solo así podré mantenerme lejos de aquel pecado de dos patas que justo ahora viene tras mis pasos, se trata del fugitivo más buscado de toda Inglaterra: Dimitri Pausinni; su disfraz no le deja pasar desapercibido frente a la mirada de las personas, pues no hay manera de ignorar la presencia de aquel alto y barbudo hombre de traje árabe, y más aún si está correteando a una inofensiva mujer con traje de oficina y tacones altos. Necesito mantenerme lejos de él, no quiero convertirme en una novia infiel. Tampoco puedo enfrentarlo y decirle que tengo novio, eso sería sentenciar a Richard a una muerte segura, así que mejor me quedo calladita, y mientras tanto, solo me queda pedirle a Dios que haga de mí una mujer
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60. La próxima cita
El señor Jeremy se pregunta: que dónde yo estaba metida; «señor, yo vivía metida dentro de unas hermosas aguas termales, tal cual cisne en estanque floral, hasta que llegó asechando un chacal de cuello blanco y me sacó de aquel lugar».Mi primera clase de manejo de arma ha terminado por hoy, en ella me enseñaron a diferenciar los diferentes tipos de armas, sus funcionamientos y hasta algo de historia. Por ejemplo, ahora sé que el arma que tengo guardada en casa es una semiautomática de 9mm, es la que le pertenecía al difunto Peter… Que Dios lo tenga en su gloria.—Hasta mañana, señor Jeremy —me despido antes de salir de la armería.—Adiós, que tengas una buena noche, Inocencia.Me encuentro bajo una estrellada noche, el frio ya no arremete con tanta fuerza, esto me permite esperar a mi hermano, tranquilita y juiciosa, parada frente a la puerta principal del local, sola y algo aburrida… Solo espero que mi hermano no demore en llegar; mientras tanto, me pongo a pensar en mi nueva relaci
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