Esther tenía muchas preguntas, pero sabía que León no le diría nada, y eso comenzó a hartarla.El día que despertó se sintió terriblemente cansada y se negó a salir de nuevo de la habitación, así que el hombre que antes acompañaba al doctor, el amo de llaves que se llamaba Gabriel, era la única persona de la casa que Esther había conocido.— No somos muchos — le dijo al día siguiente — el señor no le gusta contratar mucha gente para su casa, así que los pocos que somos trabajamos más, pero el pago es el triple que en cualquier otra casa así que es muy razonable, de todas formas, él no es un hombre que confía con facilidad, por eso tienen que seguir fingiendo que son esposos, tenemos sospechas de que hay enemigos que se han logrado infiltrar en la mansión — Esther le ayudó a desatarse la venda de la mano.— No tiene sentido, primero se enoja porque lo obligan a casarse conmigo, ¿Y ahora dice que le sirve tener una esposa?— Él ya estaba en busca de una mujer, una tal Martha creo, no s
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