Todos los capítulos de Una novia mentira para el magnate: Capítulo 1 - Capítulo 7
7 chapters
1.
Evan nunca estuvo seguro de ser capaz de llevar su matrimonio por más tiempo.Evan se sienta a la mesa, en la cocina, está comiendo su desayuno de manera silenciosa. Tuvo una larga noche de desvelo, por lo que lo único que desea en ese preciso momento es una comida tranquila. De cierta manera la estaba teniendo, él bebiendo una taza de café, leyendo el periódico, Gilda sirviéndole el desayuno...— ¡EVAN, DÓNDE ESTÁS!Y los gritos de su esposa resonando por toda la casa, interrumpiendo completamente la poca paz que pudo haberse permitido durante el desayuno, aunque ella todavía no llegaba a la cocina, podía escuchar perfectamente el resoplar furioso de su nariz -Cosa que hacía cuando su paciencia se había colmado- Por seña de Evan, Gilda se retiró del lugar antes de que María entrara azotando la puerta.«Aquí vamos otra vez.» Evan se preparó mentalmente para el acontecimiento.Su esposa entra a la cocina y se detiene cuando lo ve allí. Su expresión se endurece en ese momento y gruñe de
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2.
Las relaciones románticas de Nora, de alguna manera u otra, también estaban destinadas al fracaso. Era perfectamente consciente de que no había visto a su novio Adam en las últimas semanas y ni siquiera había contestado sus mensajes, entre largas horas trabajando en múltiples lugares para llegar a fin de mes y usando sus pequeños momentos libres para estudiar y así tener más posibilidades apenas y tenía tiempo para nada más. No trataba de usarlo como excusa, se sentía un poco culpable. Por esa razón, cuando por fin había podido hacer un espacio para que cenaran juntos, Adam fue directo al grano mucho antes de que pidieran la comida: ''Tenemos que hablar'' dijo la temerosa frase que probablemente cualquier persona odiaría escuchar, una premonición clara de lo que se avecinaba. — Lo sé... — Murmura Nora. — Sé que te prometí ir a la fiesta de cumpleaños de tu madre, pero tienes que entender que- — No se trata de eso, Leonor. Ya nunca más se tratará de eso. Porque el problema somos
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3.
Leonor corre a través del gran salón de baile, sirviendo champán y entremeses a los invitados bien vestidos que asisten a la gala benéfica del Hospital infantil. Como mesra en el evento, Nora tiene que Zigzaguear entre los millonarios que se mezclan con facilidad entre los de su misma clase social.Pero su mente está en blanco, sigue siendo incapaz de concentrarse en algo más que el recuerdo de aquel misterioso hombre que la cautivó, aunque no sabía ni siquiera su nombre, podía estar segura de una cosa: Estaba completamente fuera de su liga.Entonces, cuando trata de convencerse a sí misma de desechar su terrible sentimiento, lo ve a él una vez más: El hombre más atractivo y misterioso que alguna vez haya visto, se detiene en seco, momentáneamente hipnotizada.Mientras él se abre paso entre la multitud, la esperanza de Nora aumenta: Tal vez necesite una bebida, un aperitivo. Ella tendría la oportunidad de hablar con él, y él quedará encantado con su ingenio y amabilidad. Nora se arreg
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4.
La incomodidad de Leonor es evidente.Estaba de pie junto a las escaleras, observando a los asistentes a la fiesta. Buscando con la mirada, de un momento a otro él se le había desaparecido de la vista y no puede evitar sentirse ansiosa, su corazón late con fuerza dentro de su pecho, tiene la sensación de que está a punto de dejarlo escapar por la boca.Y se sintió triste.«Me estoy haciendo ideas extrañas... Tal vez esas miradas ni siquiera significaron algo»Miró su reflejo en el espejo de pared, sin poder creer lo que estaba observando, en cuestión de segundos había pasado de ser una mesera cansada a una integrante de la fiesta gracias a la lástima de una persona.Observa su vestido, el miedo de estropearlo o mancharlo con vino permanece latente, no podría pagar ni en un millón de años la tintorería, mucho menos uno nuevo.Y quiere arrepentirse por un momento e ir a buscar a la persona a lo que le entregó su uniforme de mesera antes de meterse en problemas serios.Pero al mismo tiem
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5.
— Sí, tengo mi propia empresa... Yo la dirijo porque soy una... ¿Empresaria?Él alzó una ceja por un momento.— ¿Es así? — Preguntó, mirándola asentir con desesperación solo por cambiar de tema y enfocarse en otra cosa. — ¡Entonces sabes perfectamente lo que estoy hablando! Lamento dudar de tí, por un momento había creído que solo me estabas siguiendo la corriente para decir que tenemos cosas en común, no sabes cómo me molesta que hagan eso.Leonor sonrió de manera forzada.— No te peocupes... — Contestó dentro de su intento por parecer lo más natural posible. — Pero sí, tengo muchos negocios que estoy pensando expandir al exterior.A pesar de su verdadero origen empobrecido, Leonor no era completamente ignorante o ajena al mundo de los negocios, conoce escasamente cómo funciona gracias a pláticas y reuniones que había presenciado cerca de algunos de los jefes que había tenido, es cierto que no había tenido acceso a una educación de primera o a recursos lujosos, pero su inteligencia c
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6.
Leonor miró la cara desesperada y pálida de su madre, sus delgados dedos se le aferraban con fuerza a los hombros, no pudo sostenerle la mirada por mucho tiempo.— No te acostumbres a decirme mentiras, Leonor. Entre el cielo y la tierra no hay nada escondido. — Ella le arrebató la bolsa de las manos, mostrando el vestido que había en el interior. — Es bastante bonito, algo que personas como tú y yo jamás podremos costear. ¿Valió la pena haber actuado como una puta a cambio de este vestido lujoso?Leonor se queda en silencio. «Ni siquiera fue así como sucedieron las cosas...» No puede explicárselo a su madre, solo recibir el vestido silenciosamente.Mira a su madre una vez más.— No vuelvas a mentirme, tampoco llegues tarde de nuevo, si me muero será completamente culpa tuya y tendrás que cargar con eso en tu consciencia por el resto de tu vida.— Sí, madre... — Respondió.— Mis medicamentos están a punto de agotarse, tienes que comprar los medicamentos nuevos, además no hay nada de c
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7.
— ¿Qué es lo que estás haciendo, María?Evan ve a su esposa entrar a la alcoba usando poca ropa, se para en el marco de la puerta con una expresión que, por primera vez, no connota odio, lo cual era mucho más extraño de presenciar. Sobretodo cuando ella se le sube encima.— ¿Acaso olvidas que fuiste tú quien juró no volver a tener sexo conmigo? ¿O es que acaso te has tragado tus palabras finalmente?— Cierra la maldita boca y solo has tu trabajo, Evan.Él se rehusó a mirarla a los ojos.Definitivamente no quería hacer aquello, tener tan cerca a María no despertaba en él ninguna clase de sensación o deseo, y no porque su esposa careciera de atractivo alguno, más bien era que habían llegado a un punto en su torcida relación en que ya no soportaba siquiera tener que compartir la misma cama.Pero, desde lo que ocurrió la noche anterior con Leonor no había dejado de pensar en cosas, cosas que nunca antes se había atrevido a soñar: Una vida donde pudiera hacer lo que quisiera.La familia de
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