SRA. DE ROCHA
Una noche que caía como pocas, una noche que no sería la misma, una noche en la que mil y un cosas más se iban a definir había llegado, cayendo sobre ella como si la decisión también lo hubiera hecho con la noche. Frente al espejo de su habitación, la figura más bella, la misma que ella no había visto de sí misma en tanto tiempo, en más de cinco años quizá. O mejor dicho, una vida entera. Todo estaba en su lugar y en la planta baja de aquella mansión ya se podía escuchar tantas voces que eran intercambiadas, el sonido de las copas pegando la una con la otra, bocadillos, ya podía imaginar todo lo que estaba pasando ahí.En el espejo frente a ella logró ver a la misma Mercedes, aquella mujer poderosa, aquella mujer llena de seguridad, su elegancia, su sensualidad una vez más puesta en el mismo cuerpo. El vestido negro no hacía más que remarcar la linda figura de su cuerpo, el escote, todo siendo perfección en ella. La noche de ser presentada como esposa de un inválido, había llegado.
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