En ese gran comedor familiar solo se escuchaban los cubiertos golpeando contra la cerámica de los platos que tenían frente a ellos, también se lograba escuchar los diferentes sonidos de líquidos que estaba resguardado en cada una de las tazas de los presentes. No se habían dicho nada decía más de 5 minutos. Es que la verdad era que Julio no sabía qué decir y Emilia no quería presionar más a su hijo de lo que ya lo había hecho. Pero al final él tenía que saberlo, ahora que tenía el puesto en sus manos no debía darles ninguna excusa a los accionistas para romper con el trato. Todos los movimientos adelante eran más sencillos, ¿qué le hacía detener a Julio sus pasos? —Julio —, preguntó ella mientras se limpiaba la boca con su servilleta blanca. — ¿Sí, mamá? — ¿Ya has pensado en lo que te dije ayer en la noche?— ¿Mamá, podríamos por favor, desayunar en paz? —Ya, ya pensaré en eso después, ahorita solo quiero disfrutar un poco de este poder mientras sigo siendo yo.—No les puedes dar
Cuando todo estuvo listo para que todos juntos tomaran asiento, en silencio Luna y Mercedes continuaron comiendo. No había nada que se pudieran decir así que esa fue la oportunidad de Willy romper el hielo habiendo terminado de llevarse la cuchara llena de sopa de verduras hacía su boca.—Para no tener en qué caerse muertas debo decir que cocinan muy bien —dijo Willy.—La verdad es que yo no sé cocinar, todo el crédito es de Mercedes —dijo Luna al momento.Mercedes volteó a ver al hombre cómo si él se estuviera burlando de ella, lo que ella no sabía es que él estaba siendo totalmente honesto con ella.—¿Lo dice para burlarse de que seguramente usted tiene una enorme casa con sirvientes las veinticuatro horas o lo di-—Lo digo de manera honesta, señorita Mercedes. ¿O usted tiene la autoestima tan abajo que no puede considerar este como un verdadero cumplido?Mercedes estaba a punto de perder los estribos pero no lo iba a hacer. No en ese momento.—Como sea, muchas gracias por la comida
Pero no solo era Mercedes la que quería hablar todo el tiempo, o la que le quería decir al hombre frente a ella lo triste que había sido su vida, por supuesto que también quería escuchar al hombre que tenía frente ahí, en una silla de ruedas, había tanto que quería preguntar como por ejemplo; ¿cómo llegó hasta esa silla de ruedas? ¿Tuvo un accidente que lo hacía llenar sus ojos de lágrimas de la misma manera en que se llenaban de odio? ¿Por qué había insistido tanto en ella? ¿Por qué ella y su amiga? ¿En verdad estaba dispuesto a entregarlo todo, y que era eso por lo que había perdido a quiénes estaban detrás de todo eso? Ya se daba cuenta que ni todo el dinero del mundo iba a ser capaz de comprar la tranquilidad porque si algo estaba segura Mercedes, es que si ella tuviera su hijo con ella, lo pudiera abrazar, lo pudiera ver crecer, estaba segura que no habría nada en la vida que le pudiera faltar, trabajaría muy duro para que su hijo hasta que no le faltara nada, trabajaría siempre
La angelical voz de su madre se escuchó del otro lado de la línea, era una pena que ni ella se hubiera molestado hablarle a su propio hijo y decirle que todo lo que había hecho lo había hecho por una razón. No lo sabía, aunque fuera una tonta excusa que le pudiera dar pero ella nunca se dignó en preguntar si él siquiera ya sabía y que si estaba bien con eso.—Es un milagro que marques, Willy —fueron las primeras palabras de Emilia.El corazón de Willy se hizo pequeño al darse cuenta que quizá a ella ni siquiera le había matado su ausencia, seguramente para ella la vida seguía pasando de la misma manera mientras tuviera a su otro hijo, Julio.—Madre ni siquiera preguntarás dónde estoy, cómo estoy, qué es lo que ha pasado conmigo en este mes que casi se ha ido.—No tengo que preguntarlo cuando le pediste a uno de tus hombres que me mantuvieran al tanto de todo.— ¿Y acaso has sido tú la que me llamara para saber cómo estoy o qué es lo que vine a buscar aquí con tanta necesidad?—Por fav
Tan solo 6 meses ya habían pasado desde el momento en que Mercedes, Luna, Renato y Willy habían partido de aquel lugar donde Willy había prometido que sus vidas iban a cambiar de alguna manera. Seis meses que se iban muy rápido para algunos, seis meses que demostraba que el tiempo no se iba en vano, y era lo que propiciaba los demás cambios. Seis meses en los que pudieron haber pasado tanto mientras que para algunos seguian disfrutando de la victoria de haber hecho mal a otras personas. Sin saber que a esos a los que les había hecho mal y que seguían caminando con el pie adelante iba a llegar un punto en que esas personas se iban a arrepentir de todo lo que habían hecho, ¿qué se podía decir de 6 meses que se iban como si nada, como si solamente se tratara de el tiempo que corría entre la noche y la mañana siguiente? Quizá no se podía decir mucho si se trataba de Willy.Pero, ¿qué había de Emilia y de Julio? Como él mismo lo había dicho, Willy no se había reportado en ese tiempo, de v
Pero no solo seis meses se habían ido para la familia de los Rocha, también 6 meses se habían ido para aquellas cuatro personas que habían estado prendiendo todo desde un principio, desde el momento en que la dulce Mercedes había dado su palabra que ayudaría a Willy en todo lo que pudiera y este siendo el primer paso que diera adelante, sería cambiar el nombre de ella a uno más sofisticado, uno que cualquiera que lo escuchara sintiera temblar el suelo que pisaba, las cosas a veces marchaban bien, a veces marchaban mal también para Luna junto con su mejor amiga Mercedes. Habían logrado llevar esa vida adelante, la que siempre quisieron, una donde no les preocupara nada, donde la gente afuera no las juzgara más y ahora que estaban viviendo ese sueño, no había nada que quisiera más excepto por el hecho de querer tener a su hijo con ella lo más pronto posible.Pero eso no iba a suceder, al menos no en un largo tiempo ya que como el mismo Willy se lo había dicho a Mercedes, todo llevaba su
Mercedes se dio cuenta en ese momento que Willy estaba pagando el error de haber querido vivir al máximo, un error que no debería de ser exactamente un error, él no era una mala persona, simplemente la vida no le había ofrecido lo mejor de la misma. — ¿Willy? —lo llamó ella. — ¿Sí? — ¿Por qué no quisiste ver a un médico más? ¿Por qué no te aferraste a la idea de volver a caminar? —Willy soportó la risa.— ¿No lo entiendes, Teresa? He visto tres médicos, los tres me han dicho que nunca volvería a caminar, ¿para qué, para qué aferrarme a un cuarto doctor? ¿Para que me vuelva a decir lo mismo y me haga saber que estoy destinado a hacer mi vida de esta manera, hasta el último día de mis días? No, Teresa, no quiero seguir sufriendo por lo que ya sé.— ¡No, no, Willy, es que no le entiendes! Hay muchas terapias que pueden ayudarte, a veces ni siquiera los mismos doctores están enterados de eso, a veces simplemente se quedan con lo que ellos han estudiado pero no se dan cuenta de cómo la
Y fue justamente en ese momento en que Renato pareció despertar y con ello, ayudó a quien llamaba su señor a llevarlo a la cama. Le cubrió las piernas con la misma frazada que tenía en la silla, Willy parecía realmente molesto. Lo que no sabía Teresa es que Willy estaba siendo humillado. Nunca antes Teresa había visto la manera en la que Renato lo ayudaba a acostarse y era eso lo que le hacía sentir menos pero al mismo tiempo, él era capaz de darse cuenta que Teresa no cambiaba su mirada a una llena de compasión o algo por el estilo, era simplemente una persona que estaba ahí para entender. Algo que despertó otro tipo de sentimiento en Willy antes de que él mismo lo supiera.—Necesito una aguja —dijo ella.Los ojos de Renato se hicieron más grandes.—¿Qué? —Preguntó Renato y Willy al mismo tiempo.—Ya lo escucharon. Necesito una aguja.—¿Qué es lo que intentas hacer, Teresa?—¡Necesito una aguja, Renato?—¡No lo hagas, Renato!—Si en verdad, no sientes nada, no deberías de preocuparte